Durante buena parte de su mandato, Mariano Rajoy arrastró una mala imagen de su Gobieron que se trasladó a la opinión de los españoles respecto a la situación económica y, cuando ésta comenzó a mejorar, ante el contexto político. Esta batalla por el relato empeoró ante la percepción de que ni Génova ni Moncloa tenían el menor interés por hacer frente a la crisis política derivada de la crisis económica, especialmente cuando estallaron los diversos casos de corrupción política y nepotismo aún por resolver.
Los últimos meses de Rajoy al frente del Gobierno serán recordados como un ejemplo de parálisis que fue trasladando en la serie de barómetros del CIS, especialmente desde que el problema catalán se enquistó. De ahí que no sorprenda que la caída del Gobierno del PP haya recogido cierto optimismo ante la situación del país, optimismo que se traduce en las buenas perspectivas electorales para el PSOE en las primeras semanas del ejecutivo de Pedro Sánchez.
El barómetro del CIS correspondiente al mes de junio proyecta esta idea claramente: El 66.9% define la situación política como mala (34.5%) o muy mala (32.4%), -9.9 puntos respecto a los que opinaban así en mayo. Con un trabajo de campo de 2487 entrevistas realizadas entre los días 1 y 10 de junio, es decir, durante los primeros días de la llegada de Sánchez a La Moncloa, el 23% se decantaba por definir el contexto como regular.
En términos comparativos, el 11.7% señalaba que todo marchaba mejor que hace un año (+7.8 puntos respecto al mes anterior) y un 43.4% que igual; un 36.8% se decantaba por por señalar que van a peor (-7.3 puntos). De cara al futuro, el 22.5% se mostraba optimista, el 30.3% pensaba que todo seguiría igual y un porcentaje idéntico (23.1%) se pronunciaba en sentido negativo o se mostraba indeciso sobre lo que ocurrirá.
La elección de Sánchez también influye en la percepción sobre la situación económica. Un 49.7% (-4 puntos respecto al mes de mayo) define el contexto como malo (33.6%) o muy malo (16.1%), con un 42.5% que lo describe como regular. Respecto al año anterior, el 22.4% opina que las cosas van a mejor, un 21% se pronuncia en sentido contrario y un 54.3% mantiene que todo sigue igual. En un futuro, el 37.9% considera que todo marchará igual, un 20.8% se muestra optimista y un 20.0% pesimista. Completa el cuadro un 21.1% que se muestra indeciso.
No hay grandes variaciones respecto a los problemas del país que perciben los ciudadanos. El paro sigue siendo la primera referencia con un 62.4% (-1.2 puntos respecto al mes de mayo), seguido de la corrupción y el fraude, que sigue estancado en el 39.2% (-0.4 puntos). Los políticos y los partidos políticos vuelven a ocupar la tercera plaza, con un 24.5% (-0.9 puntos), con los problemas económicos con un 21.9% (+1.3 puntos respecto al mes anterior).
En la segunda parte de la tabla encontramos algunos de los asuntos que han protagonizado anuncios durante las primeras semanas del mandato de Sánchez: La sanidad es citada por el 11.9 (+1.8 puntos), seguido de los problemas en la calidad en el empleo (10.7, +1 punto en un mes) o las pensiones (10.6%, -1.8 puntos). Los problemas sociales son mencionados por el 8.2% de los ciudadanos y la educación por el 8.8%, con la independencia de Cataluña ocupando un lugar muy secundario con un 7.1%.
Los datos de la serie histórica nos llevan a preguntarnos, de nuevo, por la aparente desconexión de las estrategias de los partidos políticos y de los medios de comunicación respecto a los problemas de los ciudadanos. Este fin de semana tuvimos una píldora, por ejemplo, con las referencias a la supuesta emergencia migratoria en las fronteras con España defendida por Pablo Casado, en clara sintonía con las estrategias de los partidos de ultraderecha del resto de Europa. La inmigración, en este barómetro, era señalada por el 3.5% de los ciudadanos como un problema nacional, a la espera de ver si repunta la posición del PP respecto a la teoría del «papeles para todos».
Si se pregunta por los problemas que afectan más directamente, esta distancia entre la ciudadanía y los partidos políticos es todavía mayor. No hay grandes variaciones respecto al anterior en este barómetro de transición, a la espera del que se publicará en agosto con estimación de voto: El paro aparece en primer lugar, con un 31.6%, seguido de los problemas económicos (21.8%). Le siguen las pensiones (14.6%, +4 puntos respecto a la primera tabla) y un triple empate con los problemas de calidad de empleo (11.6%), la corrupción y el fraude (11.3%) y la sanidad (11%). En un lugar secundario encontramos a los políticos (8.8%), la educación (7.3%) o los problemas sociales (6.8%), con un 2.2% que cita la independencia de Cataluña. Un 1.4% mencionaba la inmigración como un problema que le afectara directamente.
Modelo territorial
El último barómetro del CIS de la etapa de Mariano Rajoy recoge cambios sobre la percepción del modelo de país que prefieren los españoles, con un repunte de las tensiones recentralizadoras o descentralizadoras que se traducen en un descenso en la preferencia por el modelo autonómico. La configuración actual es mencionada por el 34% de los ciudadanos, con una caída de 3.1 puntos respecto al mes de mayo. Si tenemos en cuenta la variable recuerdo de voto, es la opción preferida, sobre todo, de los electores del PSOE (45.1%) y de En Marea (29.4%).
El 30.9% apostaría por fórmulas de recentralización del Estado. Así, el 21.1% (+2.2 puntos respecto al mes anterior) preferiría un Estado unitario, una opción que gusta sobre todo a los electores del PP (39.2%) y de C’s (30.9%).La posibilidad de reducir el nivel competencial de las CCAA es citada por el 9.8% (-0.6 puntos) y la citan, sobre todo, los votantes de C’s (19.6%), del PP (13%) y, como novedad en esta ocasión, de UP (9.9%) y de Compromís (10.6%).
El 22.3%, por su parte, vería bien ampliar el nivel competencial de las CCAA; el 13.1% (+4 puntos) vería bien federalizar más el Estado autonómico, algo que ve bien los electores de UP (20.4%) y confluencias (sobre todo de En Comú Podem). Un 9.2%, un porcentaje casi idéntico al registrado durante el mes de mayo, apoyaría la posibilidad de que las CCAA de convirtieran en Estados independientes, algo que apoyan sobre todo los electores de En Comú Podem (39.1%), de Compromís (17%), EnMarea (11.8%) y UP (11%).
En cuanto al eje izquierda/derecha, los españoles se ubican en el 4.53 (del 4.60 del mes anterior), en cualquier caso, más a la derecha que los electores catalanes (3.73 según el último CEO que hemos analizado). Si se pregunta por la adscripción ideológica de los partidos políticos, los del PP se sitúan en el 6.78, los de C’s en el 5.40 y los del PSOE en 3.69 puntos. A su izquierda hallamos a los electores de Compromís (2.55), a los comunes (2.81) y a los de UP (2.89), con los de En Marea (3.29) cerca de los del PSOE.