La política en Cataluña sigue moviéndose, a pesar del intento del Gobierno central de rebajar la tensión desde el encuentro celebrado en Moncloa entre el presidente del Ejecutivo, Pedro Sánchez, y el presidente de la Generalitat, Quim Torra. Hace unos días, la asamblea del Partit de Catalunya respaldó las tesis de Carles Puigdemont, partidario de mantener la confrontación directa con Madrid con el objetivo de negociar una salida del conflicto en clave independentista. Los mensajes del ex presidente de la Generalitat, ya en Bélgica, apuntan en esa dirección.
El congreso de la antigua Convergência acabó con la salida de Marta Pascal, a quien se apunta como reponsable de la moción de cenusra que acabó con Mariano Rajoy, y el ascenso de los dirigentes más cercanos a Puigdemont. Además, el ex presidente se apuntó como tanto el impulso de la Crida Democrática como más que posible oferta electoral con vocación de aunar a todo el independentismo a partir de otoño.
La sucesión de noticias durante estas semanas provoca que buena parte de los sondeos publicados queden obsoletos. Ése es el caso del trabajo de GAD3 para el diario La Vanguardia realizado a partir de 800 entrevistas recogidas entre los días 14 y 21 de junio, es decir, pocos días después de la llegada de Pedro Sánchez a La Moncloa. Por este motivo, conviene tomar con más pinzas de las habituales las estimaciones de voto que, en cualquier caso, vuelven a apuntar a la estabilidad entre los bloques políticos, con movimientos sólo entre los partidos integrantes de esos bloques.
Así, en el independentismo, ERC aparece como la primera fuerza política con el 24.3% de los votos (+3 puntos respecto a la representación conseguida en las elecciones del pasado mes de diciembre) y 35 escaños, 3 más de los actuales. JxC, el cartel electoral con el que se presentó el PDeCat a los comicios, se movería en torno al 20.1% de los votos (-1.5 puntos) y pasaría de 34 a 30 escaños. Completa el marco la CUP, que sigue estancado en el 4.5% de intención de voto, aunque podría sumar un diputado a los 4 conseguidos el 21D. En total, volverían a hacerse con 70 diputados, por lo que revalidarían la mayoría absoluta.
En el bloque constitucionalista encontramos también algunos cambios que, como se esperaba, tiene al PSC como principal beneficiario. Como suele ocurrir siempre que hay un cambio en el Gobierno central, el partido en el gobierno suele salir beneficiado a corto plazo del efecto luna de miel del que hemos hablado en otras ocasiones y que, en este caso, tendría más que ver con la capacidad de vender cambio de Pedro Sánchez que con la propia evolución del PSC.
En cualquier caso, el PSC obtendría el 14.6% de los apoyos (+0.8 puntos) y pasaría de 17 a 19 diputados; esta ganancia de dos diputados son los que pierde C’s, que conseguiría el 24% de los apoyos (-1.3 puntos) y se quedaría en 34 escaños. El PP, por su parte, sigue reptando en el 4.1% de intención de voto (-0.4 puntos respecto al 21D), aunque conserva sus 4 escaños. En total, volverían a obtener 57 asientos, que serían insuficientes si se quisiera contar con Catalunya en Comú (CeC). Con un 7% de apoyo, cae 0.4 puntos en intención de voto, aunque mantiene sus 8 escaños.
En cuanto a la valoración de líderes, las semanas previas a lo que ya se entiende como una vuelta de Puigdemont situaban a Oriol Junqueras como el único político catalán que superaba el aprobado (6, que pasba al 8.7 entre los votantes de ERC, a 8.4 entre los de JxC y a 7.8 entre los de la CUP). Le seguía Quim Torra, con un 4.9 (8 entre los votantes de ERC y CUP) y Puigdemont (4.8, que pasba al 8.4 entre los electores de JxC y 8.3 entre los de la CUP).
En el resto de partidos, Miquel Iceta (4.2) se situaba por detrás de Meritxell Batet (4.8), ministra de Organización Territorial y, en teoría, la persona llamada a facilitar el aterrizaje del conflicto. Por su parte, Doménech se movía en el 4.6 de valoración, por delante de Carles Riera (4.2), líder de la CUP, que se coloca por delante de Inés Arrimadas (3.2) y de Xavier García-Albiol, que volvía a cerrar la tabla con una valoración de 2 puntos.
Contexto y salida negociada
GAD3 se interesa esta vez por las posibles salidas al conflicto, con un 27.8% de votantes que volvía a mostrarse partidario de reeditar un gobierno de coalición entre ERC y JxC, con el apoyo de la CUP, en el caso de nuevas elecciones, fórmula a la que sólo se acerca el 25.5% que apostaría por un gobierno en solitario del partido que resultara más votado en los comicios. Un 15.5% prefería un ejecutivo con las tres fuerzas constitucionalistas y un 14.8% optaría por la idea de un gobierno de izquierdas con ERC, CeC y PSC.
El 52.4% apoyaba la elección de Torra como presidente de la Generalitat y el 52.9% también veía con buenos ojos la composición de su Govern. Todo ello con un 51.5% que definía la situación de forma negativa (-17.5 puntos respecto al sondeo de GAD3 publicado en diciembre) y un 31.2% como regular. De cara al futuro, el 42% consideraba que la situación política mejoraría y un 27.4% que seguiría igual.
Con un 53.4% que veía positiva la llegada del PSOE al Gobierno central, el 40.4% apostaba por una negociación bilateral entre los Gobiernos de Madrid y Barcelona para desbloquear la sitaución; el 37% veía mejor un acuerdo amplio en Cataluña (para presionar a Madrid, suponemos) y el 12.1% apostaba por una negociación entre partidos políticos. En caso de la negociación bilateral, el 67.9% citaba la financiación de Cataluña como uno de los temas a tratar, un porcentaje similar al 65.8% que pide una reforma de la CE. El 57.5% reclama un referéndum de independencia y un 42.8% un nuevo Estatut (un 42.7% lo rechazaría).
Los socialistas, primera fuerza en el Congreso por el ‘efecto Sánchez’
El sondeo de GAD3 para La Vanguardia recoge también datos de estimación de voto en el caso de unas nuevas elecciones generales, y aquí sí se detectan cambios importantes en cuanto a la preferencia de los catalanes en relación a lo que votaron en 2016. Si entonces la marca de Podemos en Cataluña era la preferida, hoy el PSC-PSOE aparece como la primera fuerza en porcentaje de apoyo (23.8%), aunque empataría con ERC en escaños: Conseguirían 11 diputados cada uno.
En ambos casos, hablamos de una tendencia ascendente que coloca a ERC como la primera fuerza del independentismo en el Congreso al sumar 1.5 puntos en intención de voto y 2 diputados a los 9 actuales y que, en el caso del PSOE, comienza a plasmarse la idea de que Ferraz necesita de un buen resutlado en Cataluña para tener opciones de mantener el Gobierno central (el PSC sumaría 4 diputados a sus 7 actuales).
Estos avances se explican por las caídas registradas en los comunes y en el PdeCat, principal damnificado de la situación política (algo que podría haber cambiado a raíz de la asamblea del PdeCat). En el primer caso, se movería en torno al 16.1% de intención de voto (-8.4 puntos) y se dejaría 4 escaños; en cuanto al PdeCat, obtendría el 12.3% de apoyo (-3.9 puntos) y un diputado, que se sumaría también a su caída en relación a la proyección de voto de cara a unas elecciones autonómicas.
En el retrato falta la proyección de C’s y el PP, que cerrarían la tabla con 6 y 4 escaños respectivamente. También parece que hay transferencias de votos entre ambos partidos, con un C’s que conseguiría el 14.9% de los votos (+4 puntos) y sumaría un diputado y un PP en retroceso con un 11% de los apoyos (-2.4 puntos) y se dejaría dos asientos. En este sentido, no cabe esperar que la elección de Pablo Casado como líder cambie demasiado este escenario en Cataluña.