El PP persiste en la estrategia Cifuentes en su defensa de Casado

Tres semanas después de haber elegido a Pablo Casado como presidente del PP, Génova se embarra en los problemas académicos de su líder, que centralizan la agenda mediática, con permiso de las designaciones del Gobierno a afines del partido para ocupar puestos muy bien remunerados en empresas públicas. Este lunes,  la jueza de Instrucción número 51 de Madrid decidió elevar al Tribunal Supremo el caso en el que investiga las presuntas irregularidades en el máster que realizó el presidente del PP en la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid.

En su valoración del paso que le acerca a la imputación, Casado añadió: «Deberíamos reflexionar si es justo que durante 4 meses se me someta a este escrutinio exhaustivo sobre un curso de doctorado no finalista ni habilitante de hace 10 años cuando no era nadie, mientras se han ignorado irregularidades en los expedientes de líderes de otros partidos.»

De acuerdo con el auto, que pide que se le cite como imputado en el TS por su condición de aforado, ha quedado «indiciariamente acreditado» que este máster se usaba «como regalo o prebenda» a alumnos «con una posición relevante en el ámbito político, institucional o que mantenían vínculos estrechos de amistad o de carácter profesional» con el catedrático Enrique Álvarez Conde, principal implicado.

Para Casado y el PP, todo es una suerte de caza de brujas, es decir, asumen una línea de defensa de Cristina Cifuentes utilizó en su momento y que no evitó que tenga que responder ante la justicia por las irregularidades en relación al máster que logró también en la URJC de Madrid. El presidente del PP, que confunde legalidad con ética y política, no tiene reparos en poner en marcha el manual de la desvergüenza e incide en un cúmulo de falsedades que se funda sobre la idea de que los hechos que nos ocupan sucedieron cuando él era un ciudadano anónimo. Su propia biografía invalida esa consideración.

Casado (37 años) entró en política en el año 2003 y en 2005 ya dirigía Nuevas Generaciones en Madrid. En el año 2007, fue elegido diputado en la Asamblea de Madrid y ya era considerado como un valor en alza vinculado a Esperanza Aguirre y a José María Aznar. Es en estos años cuando se registran expedientes académicos extraños en la UCM y los «regalos» que contribuirían a dar lustre a un expediente que, hasta ese momento, era bastante mediocre.

Su nombre lleva años circulando en la lista de beneficiarios de prácticas de la URJC, un artefacto creado por la Comunidad de Madrid y que ha sido usado como centro de estudios público de buena parte de los cargos vinculados al PP. He ahí el principal error cometido al extender las prácticas habituales en centros universitarios privados a órganos de titularidad pública, que tiene otras implicaciones legales.

Una línea de defensa equivocada 

Tanto Casado como el PP han optado por defenderse usando dos marcos que, por sí mismos, denotan la debilidad de la propia línea de defensa: Por un lado, el victimismo y la denuncia en torno a una supuesta persecución política por hechos que, además, se habrían usado sólo para adornar el curriculum vitae y no para emprender una carrera académica. Como si eso quitara gravedad a los delitos cometidos. Por otro lado, el y tú más a partir del ataque al adversario usando asuntos relativos a los expedientes académicos y profesionales como el doctorado oculto de Pedro Sánchez, un máster que aparece en un curriculum vitae y que no habría cursado o los problemas de Iñigo Errejón con la Universidad de Málaga.

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En cualquier caso, volvemos a ver cómo Génova mezcla conceptos que no tiene que ver ni siquiera en una sociedad con una ética púlblica tan elástica como la nuestra, en la que podría calar el mensaje de que todo el mundo habría hecho lo mismo que Casado si se le hubiera dado la oportunidad de obtener títulos oficiales sin esfuerzo.

En lugar de optar por la sinceridad brutal que coloque a la sociedad española frente a su espejo, los dirigentes del PP se enrocan en incluir en el mismo saco la ética y ejemplaridad pública (de la que carece quien falsee su curriculum) con la ilegalidad de recibir un regalo (en este caso, un título de Máster en una universidad pública) por ser integrante de un partido político y/o por su previsible ascenso como representante público.

Es por eso que los hechos resaltados en los ataques de los portavoces del PP pueden ser artillería en la contienda política frente a caso de Casado, que ha pasado de la esfera política a la judicial, donde rigen otros parámetros. Detalle sin importancia que prefieren ignorar los portavoces del PP, que estos días toman las riendas de la respuesta del partido ante la ausencia de Casado, de visita oficial en Colombia.

Acerca de llegalaultima

Politóloga y periodista en transición
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