La elección de Pedro Sánchez como presidente del Gobierno tras la moción de censura contra el Ejecutivo de Mariano Rajoy ha tenido un efecto directo en el refuerzo del PSOE como marca electoral. Esta tendencia ha sido recogida por todos los estudios demoscópicos publicados desde el mes de junio, que recogía también un descenso de las opciones del PP, a la espera de sus primarias para elegir al próximo presidente de partido.
La elección de Pablo Casado puede haber sido el primer signo de que la marca PP se está recuperando, con la consiguiente bajada de las aspiraciones de C’s. De esta forma, parece que la próxima pugna se medirá entre las dos fuerzas tradicionales del bipartidismo imperfecto español, con C’s y UP como las opciones que pueden desequilibrar la balanza.
A grandes rasgos, éste es el resultado del sondeo de GAD3 para el diario ABC, que sigue situando al PSOE como primera fuerza política con un 27.9% de estimación de voto (+5.2 puntos respecto a su último resultado en las urnas), aunque registra una caída de 0.9 puntos en relación con la última estimación de GAD3 publicada. Este resultado se traduciría en 113 escaños, por lo que una lista encabezada por Sánchez superaría la marca que dejó Alfredo Pérez-Rubalcaba ante de la emergencia de Podemos.
El PP, con un 26.2% de apoyo, sube 0.6 puntos respecto al sondeo publicado el pasado mes de junio aunque sigue 5.8 puntor por debajo de la representación conseguida en las últimas elecciones generales. Con 104 diputados, habría que mirar a los resultados del resto de formaciones políticas del arco parlamentario.
C’s obtendría el 19.1% de los apoyos (+6.1 puntos respecto al 26J pero cae 1.5 puntos respecto al anterior sondeo). Aunque una lista encabeza por Albert Rivera lograría un resultado magnífico, parece que el tiempo en el que despuntaba como una fuerza capaz de convertirse en hegemónica en el centroderecha ha pasado. Eso sí: pasaría de 31 a 66 diputados, que, junto a los del PP, sumarían 170, a seis de la mayoría absoluta. De paso, se confirmaría un resultado muy parecido al de la legislatura actual (en la que ambos partidos suman 169 diputados), lo que reafirma la impresión de que las próximas elecciones generales no supondrá un tsunami en cuanto a las expectativas de voto de los respectivos bloques.
Unidos Podemos se mueve en torno al 15.1% de apoyo, +2 puntos respecto al mes de junio, y obtendría 40 diputados (-31 respecto a esta legislatura). Si sumamos sus escaños a los del PSOE, obtendríamos 153 diputados, tres menos de la suma de PSOE y UP en esta legislatura. Vemos, por lo tanto, que tampoco hay grandes cambios en este bloque, lo que se explica por el trasvase de votos hacia el PSOE, que estaría recuperando parte del electorado que se fue a la formación naranja entre 2014 y 2015.
En este contexto, el PSOE volvería a necesitar el apoyo del nacionalismo periférico, que obtendrían un resultado asentado en la bajada de las opciones de Catalunya en Comú en Cataluña: ERC lograría 11 escaños, el PdeCat aguanta con 7 y el PNV suma uno, por lo que lograría seis asientos (suficientes, por cierto, para ar la mayoría a una coalición entre PP y C’s). EH-Bildu y CC se mantienen en su representación actual.
Con un trabajo de campo de 804 entrevistas realizadas entre los días 23 y 27 de julio, Pedro Sánchez despunta en la valoración de líderes con un 4.8 que pasa al 6.5 entre los votantes del PSOE y a un 5.5 entre los de UP (lo que supone el primer aviso serio de la OPA que podría ejecutarse si Ferraz considerara útil empezar a entrar en su caladero de votos).
Pablo Casado y Albert Rivera empatan con 4.4 puntos, aunque Rivera sigue teniendo una buena aceptación (5.4) entre los electores del PP, que otorgan un 6 al nuevo presidente de su partido. Pablo Iglesias, por último, logra una valoración de 3.3 puntos que pasa al 5.4 entre sus electores. Entre los socialistas, consigue una puntuación de 3.5, lo que incide en la idea de que, ahora mismo, UP tiene muy difícil poder avanzar entre un electorado que no es el suyo.
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