España ha entrado en periodo preelectoral. A la espera de que la presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, confirme el adelanto de las elecciones autonómicas, previsiblemente para el mes de diciembre, las organizaciones partidistas engrasan sus respectivas maquinarias de cara a un ciclo electoral que podría empezar en Andalucía y acabar, el próximo otoño, con el adelanto de los comicios generales en función de los resultados obtenidos por el PSOE en las elecciones municipales, autonómicas y europeas que se celebrarán el próximo mes de mayo.
En este contexto, hay que tener en cuanta algunas variables más: por un lado, las opciones del PSOE de mantener el Gobierno con 84 diputados, una alianza con Unidos Podemos y los puentes tendidos con el nacionalismo periférico con un Senado controlado por el PP y dispuesto a vetar toda la iniciativa legislativa impulsada desde La Moncloa. Por otra, las opciones de un Pedro Sánchez que, desde La Moncloa, ha fiado todo su futuro a su propia imagen y a la pugna abierta en el espectro del centroderecha y la extremaderecha, a la que se ha sumado este fin de semana VOX . Y , como marco de fondo, las alertas sobre el empeoramiento de la situación económica que, en España, además, se entremezcla con una crisis territorial que permanece abierta en Cataluña, una vez confirmada la brecha entre los partidos del independentismo catalán sorteada medianamente con un acuerdo de mínimos alcanzado la semana pasada.
Con estas trazas repasamos los resultados de los sondeos sobre intención de voto publicados a lo largo del mes de septiembre, que vuelven a situar al PSOE en una posición cómoda para afrontar el ciclo electoral que se nos viene encima en los próximos meses. Con un 27.2% de apoyo de promedio, con horquillas que van desde el 30.5% de porcentaje estimado por el CIS (que publicará datos sobre intención de voto mensualmente y el 24.8% (Simple Lógica), el PSOE se asienta como primera fuerza parlamentaria con una atribución de escaños que podría superar los 110 obtenidos por la lista que encabezó Alfredo Pérez Rubalcaba en 2011.
Con este resultado, que supone +4.6 puntos respecto a los resultados de las elecciones de junio de 2016, se confirmaría, por lo tanto, que se comienza a digerir el tsunami que supuso para Ferraz la aparición de Unidos Podemos, que se sitúa a años luz de ser alternativa de los socialistas. Respecto al dato de hace un mes, un PSOE encabezado por Pedro Sánchez ha perdido apenas medio punto en intención de voto de media, por lo que se confirmaría que los escándalos en torno a sus ministros de estas semanas no le estaría pasando factura.
En la segunda plaza, sigue la pugna directa entre PP y C’s. De acuerdo con los datos publicados en el mes de septiembre, el partido de Pablo Casado pierde parte del terreno avanzado tras su victoria en las primarias del PP y hoy se movería en torno al 23.63%, un punto menos que hace un mes, con estudios, como el CIS, que le sitúan en el 20.8% de porcentaje de apoyo o Simple Lógica, que le otorga el 21.1%. En este sentido, llama la atención la diferencia de prácticamente 10 puntos que el CIS otorga al PSOE respecto a su inmediato competidor o el escenario de Simple Lógica, que coloca a PP, PSOE y C’s en un margen de menos de 4 puntos de distancia.
En el caso de C’s, el promedio de estudios le sitúa en el 21.1%, +0.7 puntos respecto a los datos publicados el pasado mes de agosto, +8.1 puntos respecto a su último resultado en las urnas. En este contexto, llama la atención, sobre todo, el planteamiento de la campaña por parte de la formación que lidera Albert Rivera, que este fin de semana volvió a acudir a Cataluña para cimentar la idea de la unidad de España como leit motiv de su partido en los próximos meses.
Esta insistencia, por cierto, no consigue disimular los problemas de movilización que registra C’s en el resto del país, como se comprobó en el acto organizado en Sevilla (en el que se tuvieron que retirar sillas), o la proyección de líderes como Inés Arrimadas, que flaquean en momentos clave, como le ocurrió en el Pleno de la semana pasada en el Parlament frente a un Miquel Iceta que volvió a asumir, de facto, el papel de líder de la oposición parlamentaria.
En la próxima carrera electoral, Unidos Podemos vuelve a quedar descabalgado, con nuevas renuncias anunciadas a cuentagotas, como la que este lunes protagonizó la portavoz del grupo en la Asamblea de Madrid. La formación morada, que no termina de dar con un tono ganador, cae al 15.34% de intención de voto, -0.86 puntos respecto al mes anterior y pierde -5.8 puntos en relación a los resultados obtenidos el 26J. Si Sánchez insiste en la agenda social, es muy posible que las opciones de la formación morada sigan cayendo en un contexto de desmovilización de sus bases.
CODA. Tal y como se vislumbraba, en consonancia con lo que está ocurriendo en buena parte de Europa, VOX ha realizado este fin de semana un acto de fuerza en Madrid. En Vistalegre, el símbolo del zapaterismo (y de Podemos después), el partido que lidera Santiago Abascal reunió a 10.000 personas que clamaron contra la inmigración, contra el Estado de las autonomías y contra el independentismo catalán. El acto de VOX permitió visibilizar la ruptura de un sector del electorado, que antes votaba al PP con la nariz tapada, que ha perdido todos los complejos, en buena medida por la asunción su marco teórico por parte de formaciones como el PP o C’s.
Tras las imágenes del pabellón abarrotado, y de la calle, donde centenares de simpatizantes se quedaron fuera, comienzan los llamamientos a la calma y a la reflexión. En buena medida, por parte de quienes han alimentado los marcos defendidos por VOX y que les sitúa, en estos momentos, con opciones de lograr representación en el Congreso a pesar de moverse en torno al 1.4% (de acuerdo con el último CIS). Siendo muy conservadores, el partido de Abascal, un hombre que ha crecido políticamente en el PP vasco, podría obtener 4-5 escaños, en función de lo que hagan sus rivales ideológicos.
La gran ironía de lo que está ocurriendo es que VOX, que ya pudo dar la campanada en las elecciones europeas, podría ahora disfrutar de su resurrección a pesar de que tanto PP como C’s están optando por posiciones muy duras respecto al debate territorial o la inmigración. Quizás en otro momento deberíamos retomar el mantra de que las elecciones se ganan convenciendo al votante más centrista.
Pingback: Unidos Podemos se recupera y VOX entra en las quinielas | La última en llegar