Lo apuntábamos hace un mes: La elección de Annagrete Kramp-Karrenbauer como líder de la CDU en sustitución de Angela Merkel frena la caída registrada por los conservadores germanos en los últimos meses. Con un 30% de media, los estudios publicados a lo largo del mes de diciembre sitúan al partido de centroderecha alemán más cerca de porcentaje de voto obtenido en las últimas elecciones generales, que parece ser el modelo de fragmentación política en el que se moverá la política alemana en los próximos años.
En la práctica, el partido de AKK sube 3.3 puntos respecto al promedio de estudios del mes de noviembre, los últimos en los que se preguntó por la intención de voto con Merkel como cabeza de lista. El cambio, por lo tanto, parece haber beneficiado a la CDU, con un ascenso moderado que, por ejemplo, no tiene nada que ver con lo que le ocurrió al SPD tras la elección de Martin Schulz como candidato. Ya conocemos la historia, por lo que es posible que éste sea un ascenso con más proyección que el que su día protagonizó el líder socialdemócrata.
Los datos de la CDU se traducen en las opciones de otros partidos que habían comenzado a recibir voto por parte de su electorado más crítico. Es el caso de los liberales, que se moverían en torno al 8% de media tras ceder 0.8 puntos respecto a los sondeos de hace un mes y 2.7 puntos si lo comparamos con sus resultados en los últimos comicios.
Por su parte, Los Verdes siguen despuntando como la opción preferida como alternativa a la CDU, aunque se coloca a casi 10 puntos de las opciones de una lista encabeza por AKK. Con un 19.3% de media, suben 10.4 puntos desde los comicios pero bajan 2 puntos respecto a los sondeos de hace un mes. La suma de lo que pierden ambos partidos es justo lo que crece la CDU, por lo que no sería descabellado pensar en una vuelta de los votantes perdidos, algo que está pendiente de asentarse o no en las próximas semanas.
No hay grandes novedades entre el SPD y AfD, que compiten por ocupar la tercera y cuarta plaza en el Bundestag. Con un 14.5%, el SPD pierde 6 puntos respecto a los últimos comicios, aunque la buena noticia es que no cae más respecto a la estimación de voto del mes de noviembre. Estos días, se recuerda su pasado histórico mientras su líder se encuentra inmersa en un debate que cuestiona su liderazgo y sus opciones como cabeza de lista en las próximas elecciones generales mientras que, desde el Gobierno, se pone el foco en exigir información y responsabilidades a su socio de gobierno por la filtración de datos personales de periodistas y políticos.
En el caso de AfD, se deja 0.2 puntos respecto al mes anterior pero sigue en el 14.3% de media, +1.7 puntos respecto a las últimas elecciones y con anuncios de nuevas escisiones que pueden dañarle, precisamente, en las zonas del país donde la ultraderecha es más fuerte: André Poggenburg anunció que fundará otro partido, Aufbruch deutscher Patrioten, y que su objetivo serán los comicios que se celebrarán en el este del país a lo largo de este año. La marcha de Poggenburg se sumaría a la que en 2o17 protagonizaron Frauke Petry, ex presidenta de la formación, y Uwe Wurlitzer y Kirster Muster, ambos pesos pesados del partido en el este del país.
Die Linke, por último, se movería en torno al 8.3% de media, casi un punto por debajo de su último resultado en las urnas y respecto al 9.1% de promedio de hace un mes. Si se mantiene el cordón sanitario frente a la ultraderecha, su apoyo será fundamental en el caso de que se consume un acuerdo entre el SPD y Los Verdes para imprimir un giro de izquierdas a la cancillería.
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