«Hay que hablar con todos los actores que aunque no hayan querido sumarse a nuestro proyecto, a los que quieran que en la Comunidad de Madrid no gobiernen los trillizos reaccionarios, insisto, tampoco Ciudadanos».
Este lunes, casi por sorpresa, Irene Montero avanzó un giro de 180 grados en la gestión de la crisis abierta en Podemos tras la decisión de Iñigo Errejón de acudir a las urnas el próximo mes de mayo como candidato a la Comunidad de Madrid bajo el paraguas de la marca Más Madrid de Manuela Carmena. Las declaraciones públicas de Errejón, desde entonces, suponen el reconocimiento más explícito de que la ventana de oportunidad que se abrió hace cinco años está cerrada a cal y canto. Un análisis al que se han sumado con alegría todos los sectores de la formación dispuestos a acompañarle en la nueva aventura.
Las palabras de Irene Montero, la cabeza visible del partido de más nivel en estos momentos, abren la posibilidad a una negociación de una candidatura conjunta en la CAM con el sector errejonista, devolviendo la partida al punto en el que se consumó la ruptura. En la mente de todos figura el coste de la escenificación de la división de la izquierda en dos sentidos: La penalización propia de la ley electoral, con consecuencias directas en las posibilidades de negociar un cambio en el Gobierno de la CAM, y el propio voto de castigo de los votantes a los que se perciba como causantes de la crisis. En la práctica, existe la sospecha de que la lista de Podemos, que estaría encabezada por una mujer ajena a los partidos políticos, pudiera no llegar al 5% como umbral exigido para lograr representación en la Asamblea de Madrid, lo que dejaría desactivado el proyecto morado a nivel estatal.
Viñeta de Puebla en ABC
En cualquier caso, las declaraciones de estos días certifican la dimensión de la crisis abierta en Podemos con la fuga de Errejón, que hace una semana abandonaba su acta de diputado en el Congreso tras las valoraciones de referentes simbólicos como Juan Carlos Monedero o de los líderes orgánicos de la formación morada, que le señalalaron la puerta de salida sin ambajes. Y supone una enmienda a la totalidad a la posición de Pablo Iglesias, que respondió al desafío de Errejón con el anuncio de que Podemos presentaría un cabeza de lista que competiría con Errejón en las elecciones autonómicas en la Comunidad de Madrid; en los últimos días, se había filtrado a los medios la posibilidad de presentar también candidato a la Alcaldía de Madrid, algo que la propia Montero descartó este lunes.
Un órdago al liderazgo de Iglesias
Por primera vez desde la fundación de Podemos, vemos en directo el cuestionamiento al liderazgo de Pablo Iglesias , muy tocado tras la compra del chalet de Galapagar, convertido en símbolo del cambio operado en la dirección del partido desde su fundación. A diferencia de la pugna ideológica y orgánica exhibida en Vistalegre II, en estos momentos todos han bajado al barro a acuchillarse por motivos más personales que políticos. A diferencia de Vistalegre, en esta ocasión el liderazgo de Iglesias está más que amortizado.
La señal, como siempre, vino de sus afines. El viernes dimitió de todos sus cargos Ramón Espinar, responsable de Podemos en Madrid y alineado con el sector pablista como demostró en el ejercicio de disciplina con el que acató que Iglesias ofreciera a Errejón ser candidato en la CAM como compensación a su derrota sin paliativos en Vistalegre. La marcha de Espinar, que no se ahorró calificativos en torno a la dimensión de la política en la pugna internas de los partidos, sirvió a pistoletazo de salida para que los líderes regionales de Podemos, reunidos en Toledo, se posicionaran claramente en contra de Iglesias en el sentido de convertir en algo personal la decisión de Errejón.
Parece que el mensaje llegó claro y nítido a Galapagar, donde, en teoría, Iglesias sigue de baja por paternidad. Tras la renuncia de Espinar, Iglesias convocó a la dirección estatal de Podemos, que adelanta la reunión a este miércoles, para evitar nuevas fugas como la de Errejón. Dos días después de la convocatoria, ya se percibe una apertura en la negociación que, por el momento, da la victoria a Errejón y los suyos, que parecen tener en estos momentos la sartén por el mango.
En el momento de elaboración de este post, era el único candidato del universo morado en Madrid. Al tiempo, no se vislumbra ninguna alternativa de peso que le pudiera obligar a negociar con la dirección de Podemos, lo que le otorga dos ventajas en estos momentos: La propia potencia de su candidatura, que constata un dominio del partido en Madrid a pesar de no controlar orgánicamente a la formación; y la posibililidad de convertirse en la cara visible de un Podemos estatal cuyo poder arranca en Madrid, símbolo del 15M y de todas las movilizaciones que en su día capitalizó Podemos.
Así, un buen resultado de Errejón en Madrid (y un buen resultado se puede leer con un porcentjaje de apoyo similar al de hace cuatro años y/o a su papel para empujar un cambio en el gobierno de la CAM) supondría la muerte política de Iglesias, que constataría la falta de control del partido en la gran mayoría de las CCAA. Madrid se sumaría a Andalucía, Cataluña, Galicia o Euskadi, es decir, los territorios más poblados y que en su momento impulsaron el proyecto de la formación morada. En estos momentos, la implosión del partido avanza marcas electorales más o menos independiente de Podemos, que parece haber quemado sus últimas naves a poco más de cuatro meses del primer test en las urnas en las elecciones municipales, autonómicas y europeas en una crisis fraticida en público que deja muy pocos momentos memorables.
CODA. Datos del sondeo de Invymark para Telemadrid en relación a las opciones electorales en el Ayuntamiento de Madrid. La pugna se centra entre Más Madrid y C’s, con ventaja de Begoña Villacís si se repite el acuerdo a tres bandas entre PP, C’s y VOX. El trabajo de campo se hizo a partir de 800 entrevistas realizadas entre el 14-15 de enero, es decir, antes de la implosión de Podemos. En la práctica, supone la constatación de que los partidos tradicionales apenas pintan nada en la anteriormente considerada la joya de la Corona. Como muestra, el PSM aún no ha designado cabeza de lista para presidir el consistorio madrileño.
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