El 6 de octubre, los portugueses votarán la renovación del Parlamento en unas elecciones generales en las que el partido en el gobierno, el PS, parte con clara ventaja. Con un 38.8% de media, el Partido Socialista luso se confirma como el país de moda y la excepción en Europa y mejoraría los resultados conseguidos en los comicios de hace cuatro años (+6.5 puntos), con un sondeo, el de Eurosondagem, situándole en torno al 40% de estimación de voto. Y eso a pesar de la convocatoria de huelgas sectoriales en los últimos meses.
El primer ministro, Antonio Costa, vería así reforzada su posición tras una legislatura en la que el PS ha ido en todo momento por delante de su inmediato competidor, el PSD, que sigue estancado en el 24.45% de media, un resultado prácticamente idéntico al registrado hace un mes que ha agudizado el ruido interno. Figuras críticas con Rui Rio, que ganó las primarias para liderar el partido hace apenas un año, le desafiaron a convocar nuevas primarias en la formación para revalidar su liderazgo. Por ahora, pqarece que Rio aguanta, lo que constituye una magnífica noticia para los intereses del PS.
En cualquier caso, ni sus opciones ni las del entonoces su socio de coalición hace cuatro años, el CDS, que lograría el 7.15% de media, conseguirían desbordar las posiciones del PS. Entre ambos sumarían el 31.6% de estimación de voto, un resultado inferior al que lograron entonces (38.6%), a la espera de las opciones de Aliança, una nueva plataforma conservadora liderada por ek exalcalde lisboeta Pedro Santana Lopes, al que algunos sondeos ya sitúan en el 4% de estimación de voto, que ha pedido una alianza de las fuerzas conservadoras de cara a los comicios de octubre.
La victoria clara del PS se confirmaría con una nueva alianza con el resto de formaciones de izquierda para una reedición de la geringonça, algo que el propio Costa ha defendido en público; por ahora, los socios parlamentarios de Costa también aguantan bien el desarrollo de una legislatura en la que se pone a Lisboa como alumno ejemplar de la UE tras su recuperación total como país en 2011.
El CDU se movería en torno al 8.25% de estimación de voto, un resultado casi idéntico al conseguido hace cuatro años. En este sentido, los comunistas competirían con el Bloco de Esquerda (BE), que cae al 8.25% de media, casi dos puntos que en las últimas elecciones, a pesar de posicionarse en defensa de los servicios públicos y de la renacionalización de la banca. Igual tienen que algo que ver las declaraciones de Catarina Martins calificando de insulto la expresión «extrema izquierda» para referirse al BE.
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