El PSOE despega a la espera de medir la caída de Unidos Podemos

El adelanto electoral anunciado por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, para el próximo 28 de mayo nos permite afinar el aluvión de sondeos sobre estimación de voto publicados: No es igual preguntar al electorado sobre una hipótesis de futuro indeterminado que de su comportamiento sobre una fecha sobre la mesa concreto. De ahí que sea conveniente retener las fechas de los trabajos de campo de los respectivos estudios demoscópicos (se pueden consultar en , de manera que hay un teórico plus de ajuste entre las estimaciones publicadas en las últimas semanas.

En cualquier caso, no hay grandes modificaciones entre las tendencias detectadas en el arranque del año electoral: PSOE y VOX, en posiciones diferentes, serán los principales beneficiarios de un proceso electoral en el que la noche del 28A se consumará si la victoria socialista es suficiente para repetir mandato en La Moncloa y/o el juego de alianzas que se abrirá entonces. Por el momento, los sondeos indican que no sólo no se corrige la fragmentación parlamentaria de las anteriores citas electorales, sino que VOX se suma a la partida con un umbral de votos superior al 10%.

También queda claro que el PSOE se desmarca como la primera opción entre los votantes, con un porcentaje de apoyo similar al que obtuvo la lista de Alfredo Pérez Rubalcaba en 2011, un dato que se apoya en un diseño de la precampaña electoral que pasa por la difusión de vídeos dirigidos a un target de votantes muy concretos o por gestos simbólicos  como el acto de Sánchez ante las tumbas de Antonio Machado y Manuel Azaña. Todos los sondeos recogen el crecimiento de sus opciones electorales, sobre todo si tenemos en cuenta el ruido que se percibe, especialmente en el espacio que ocupan PP, VOX y C’s.

Fragmentación y mayorías parlamentarias

Los sondeos sitúan al PSOE como el partido ganador el 28A, un avance que se sustenta en la debacle del PP, que podría situarse por debajo del 20% de la representación  tras la vía de agua abierta por VOX, y de Podemos, completamente desaparecido en estos primeros días de precampaña. Así, en relación a los partidos llamados a protagonizar la nueva política, los datos apuntan una caída considerable del apoyo a Unidos Podemos, que todavía sigue discutiendo sobre la candidatura unitaria, y al estancamiento de C’s, un escenario curioso si tenemos en cuenta su avance en los sondeos hace apenas un año (24.1% de media).

Con un 26.8% de media, el PSOE sería la primera fuerza en el Congreso al sumar +4.1 puntos respecto a su último resultado en las urnas y +2.1 puntos respecto a la media de estudios publicados hace un mes. Los últimos estudios publicados (Sigma Dos, GAD3 o Sondaxe) le sitúa por encima del 27%-28%, de manera que se parece que se cumple la idea que apuntábamos hace unos días: Ferraz tiene todo a su favor para sacar petróleo de todo el espectro situado entre el centro y la extrema izquierda, con la utilización del veto de C’s a pactar con ellos (que se puede vender como la preferencia de pactos con VOX) o gestos a la izquierda como el del homenaje a Machado y a Azaña o la polémica sobre la tumba de Franco, que podría dirimirse en plena campaña electoral.

La estrategia del PSOE necesita de Unidos Podemos muy débil y parece que le salen las cuentas. Los sondeos le sitúan en el 14.01% de media, -1.4 puntos respecto al mes de enero y nada menos que -7.09 puntos respecto a las últimas elecciones generales celebradas, cuando la posibilidad del sorpasso estuvo sobre la mesa. La debilidad de UP todavía llama más la atención si tenemos en cuenta que hay estudios que le sitúan por debajo del 12% (GAD3 para ABC o Juanjo Domínguez) y que miden la catástrofe en una pérdida de más de 40 diputados respecto al 26J.

En este punto, la incógnita pasa por medir la capacidad de hundimiento de Unidos Podemos y de sus efectos en las posibilidades del PSOE, que podría tener todo a su favor para intentar una mayoría similar a la de la moción de censura, pero desde una posición de fuerza. Según todos los datos, una lista encabezada por Pedro Sánchez constituye el mal menor como freno a un gobierno muy conservador una vez desgastada la marca Podemos. Sin embargo, un descenso mayor de las opciones de la formación morada podría terminar siendo contraproducente, sobre todo respecto a su capacidad por atraer votos que podrían ser fundamentales para los socialistas en el reparto de escaños en las circunscripciones del interior.

Con un supuesto de participación del 71% (GAD3), todos los sondeos certifican la fragmentación del centroderecha en tres opciones políticas. Por primera vez desde la fundación del PP, el centroderecha puede sufrir el coste de la división del electorado, una constante habitual en las opciones del PSOE e IU y del PSOE, IU y Podemos desde 2015. Con PP, C’s y VOX en clara competencia por un tipo de electorado concreto, puede darse el escenario de obtener más votos que la izquierda pero menos diputados, a la espera de las negociaciones con el nacionalismo periférico.

Los estudios publicados en febrero recogen que el PP se hundiría al 20.06% de estimación de voto, -0.44 puntos respecto al mes anterior  y con estudios que le sitúan por debajo del 20% (GESOP, Simple Lógica, Sociométrica, Sondaxe o Sigma Dos). Esta caída, que se traduciría en menos de 100 diputados, tiene como explicación fundamental el crecimiento de VOX, que se convertiría en tercera fuerza parlamentaria, según el Instituto Sondaxe (51 escaños), un dato increíble si tenemos en cuenta que el partido no lograba representación en ningún escenario antes del pasado mes de noviembre.

En cualquier caso, la formación de ultraderecha se movería en torno al 11.3% de media (+1 punto respecto al mes anterior), con hitos como que hoy hablamos de sus marcos en relación a la violencia de género o respecto al modelo territorial. Dos noticias del pasado fin de semana certifica hasta qué punto dominan la agenda pública: por un lado, la ocurrencia de organizar una perfomance, liderada por Inés Arrimadas, que dará el salto de la política catalana al Congreso, frente a la casa de Carles Puigdemont en Waterloo o que Pablo Casado hable del aborto en términos muy similares a los defendidos VOX, lo que añade puntos a su marco.

De forma consecuente, C’s se convierte en el partido que mayores pérdidas recoge desde la publicación de estudios durante el mes de enero: Hoy se movería en torno al 16.8%, +3.8 puntos en relación a su representación actual pero -1.45 puntos  si lo comparamos con la media del mes pasado. Este freno, del que parece que no se beneficia el PP, añadiría dificultades para repetir en el Congreso de los diputados un acuerdo similar al de Andalucía, sobre todo si se constata la movilización del electorado progresista para evitar un pacto a tres entre los populares, VOX y C’s, que con su indefinición sobre los pactos futuros ha unido su destino a la formación ultra.

Acerca de llegalaultima

Politóloga y periodista en transición
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3 respuestas a El PSOE despega a la espera de medir la caída de Unidos Podemos

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