El comité electoral del PSOE confirmó esta mañana que Pedro Sánchez acudirá al debate electoral organizado por RTVE el próximo lunes y que finalmente comparecerá en el debate de Atresmedia anunciado para el martes, 23 de abril. El anuncio supone una rectificación en toda regla de la posición defendida por el equipo de campaña de Sánchez y por el propio candidato, que este jueves, en Onda Cero, insistió en comprometer su presencia en un único debate electoral, el de RTVE, con un formato a cuatro.
Con la rectificación obligada (Sánchez respondió «qué remedio» al ser preguntado por los periodistas sobre el asunto), los socialistas tratan de salir del atolladero en el que ellos mismos se metieron tras la decisión de la JEC de expulsar a VOX del debate de Atremedia, con presencia de Santiago Abascal, por no respetarse el principio de proporcionalidad. Un error no provocado que amenazaba con empañar lo que queda de campaña en, al menos, tres sentidos. Por un lado, en la constatación de la estrategia conservadora del propio Sánchez, que había diseñado inicalmente el debate como un ring de confrontación directa con VOX, con el resto de participantes como meros espectadores.
Tras la expulsión de VOX, el equipo de campaña socialista ha confirmado que prefería no arriesgar con la celebración de más de un debate, lo que suele denotar inseguridad. Hasta este viernes, el marco sobre el que iba a pivotar la campaña se movía en torno a la cobardía de Sánchez en debatir; desde hoy, hay un flanco abierto para explotar las contradicciones e inseguridades que los socialistas han puesto de manifiesto al no ofrecer, el mismo martes, la solución a la que se ha llegado este viernes obligados por las circunstancias.
Por otro lado, la celebración de dos debates consecutivamente añade todavía más incertidumbre a un proceso electoral en el que, según las encuestas, existe una gran bolsa de indecisos. Es muy posible que el lunes se vea un debate y que el martes, en función del efecto de lo ocurrido la noche anterior, veamos a los candidatos arriesgar mucho más (con el riesgo de terminar patinando). En este sentido y por personalidad, Pablo Casado es el que presenta mayores riesgos, sin perder de vista a un Albert Rivera que ha mutado su propia personalidad como candidato respecto a otros procesos anteriores.
Por último, el PSOE puede ver cómo el resto de la campaña queda mediatizada por la propia actitud de los medios, sobre todo Atresmedia, que ha demostrado un malestar creciente, asumido incluso por sus propios trabajadores en antena, por la decisión de Sánchez de primar a RTVE. Si tenemos en cuenta, además, que la abrumadora mayoría de mensajes de campaña son filtrados en los medios antes de llegar a los ciudadanos, parece evidente la torpeza del PSOE en gestionar su relación con los medios.
El error no provocado de la campaña del PSOE
En la práctica, hemos asistido al primes revés serio en una campaña que, por otro lado, evolucionaba sin sobresaltos para los intereses del PSOE, primera fuerza en todos los sondeos sobre estimación de voto publicados (134 diputados, según el último tracking de Sociométrica). Un error amplificado, en buena medida, por la falta de cintura de los estrategas del PSOE, que, simplemente, ni midieron el impacto de ignorar a Atresmedia ni la posición del resto de candidatos, que se juegan la próxima semana mantener un suelo electoral amenazado por las fugas de votos a VOX (en el caso de PP y C’s) o al propio PSOE (en el caso de UP).
Así, Ferraz se enfangó en rectificar un error que tuvo su origen antes del inicio de la campaña electoral, que no es otro que la negativa de Sánchez a acudir inicialmente al debate organizado por RTVE por la ausencia, precisamente, del líder de VOX. Su decisión derivó en las críticas en torno a su apoyo real a los medios de comunicación de titularidad pública, críticas que se intentaron revertir tras el comunicado de la JEC comprometiendo la asistencia de Sánchez a un solo debate, el de RTVE.
Desde entonces, el vodevil, que se ha prolongado más de 48 horas: Atresmedia se negó a desconvocar el debate, al que confirmaron su presencia Pablo Casado, Albert Rivera y Pablo Iglesias, y RTVE ofreció el 22 de abril como la fecha para organizar su debate, fecha que movió al 23 de abril, con críticas públicas de los trabajadores de la corporación a la dirección, tras las declaraciones de Sánchez de que, por agenda, sólo tenía disponible el martes 23.
Finalmente, el equipo de campaña de Sánchez anunció su rectificación esta mañana, a la espera de pasar página de un escenario endiablado, en el que se había metido voluntariamente en lo que constituye el error no provocado más claro de su campaña electoral. No ayuda precisamente el contenido del comunicado difundido por el comité electoral, con exageraciones impropias de un partido que está en disposición de sacar 10 puntos a su inmediato competidor.
Desde el martes, toda la actividad periodística ha girado en torno a los debates electorales, que constituirán el acto de campaña central en el que millones de españoles, de vacaciones en estos momentos, se enchufarán a la última semana de campaña. Si tenemos en cuenta la bolsa de indecisos, que estaría situada entre el 30-40%, se entiende aún más el peso que los diferentes candidatos otorgarán a los debates, un formato que a Sánchez no se le dio bien en el pasado.
El PSOE pierde, por lo tanto, parte del control de la campaña de baja intensidad que había diseñado con la exposición de su candidato. Sobre todo si tenemos en cuenta que hay una formación política, VOX, que ya es el virtual ganador: Aunque no estará presente, pivotará sobre ellos buena parte del debate, sin riesgo de cometer errores o de exponer demasiado un programa electoral que pueda espantar a potenciales votantes.
CODA. Este jueves, VOX confirmó que su secretario general, Javier Ortega Smith, será el cabeza de lista en el Ayuntamiento de Madrid y que Rocío Monasterio hará lo mismo en la CAM. Ambos dirigentes, muy cercanos a Abascal, irán en las listas de VOX al Congreso, una concentración de candidatruas que evidencia la dificultad de la formación política, en ascenso según todas las encuestas, de articular candidaturas de peso de cara a las elecciones autonómicas, municipales y europeas del próximo 26 de mayo.
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