28A: El PSOE saca 10 puntos al PP, que se la juega en los debates

Última semana de campaña de las elecciones generales que se celebrarán el próximo domingo, momento en el que la gran mayoría del electorado se enganchará a las elecciones tras el parón vacacional, con la atención puesta en los debates electorales que permitirán  confrontar las opciones de los principales cabezas de lista de los partidos mayoritarios. No hay dudas de que el fantasma del ausente VOX planeando durante las intervenciones, que debieran ser más tácticas de lo habitual con un objetivo: Dominar las discusiones creando un ambiente electoral propicio que seduzca a los indecisos no especialmente politizados.

Esta noche, y tras la rectificación del comité electoral del PSOE, Pedro Sánchez acudirá al plató de RTVE en lo que supondrá el primer acto del debate que organiza mañana Atresmedia y en el que, casi con total seguridad, los diferentes candidatos arriesgarán más con dos objetivos: Movilizar a sus propios votantes, para asegurar un suelo electoral que está desplomado en el caso de PP y Unidas Podemos y muy dudoso si nos referimos a Ciudadanos; y convencer a la enorme bolsa de indecisos que, de acuerdo con todos los estudios demoscópicos publicacos este fin de semana, todavía reflexionan sobre el sentido de su voto el próximo 28 de abril.

De acuerdo con los últimos datos publicados por GAD3 o NC-Report, podemos hablar de 2 millones de electores que, a estas alturas, todavía estarían dudando entre dar su confianza a PP o a C’s, con VOX como el enorme elefante que sobrevuela en todas las estimaciones publicadas de acuerdo con la normativa legal. La formación de Santiago Abascal confirma pulsión ascendente a diario en la organización de sus actos electorales, sobre todo en antiguos feudos del PP, y en las redes sociales, con la emisión de todo tipo de mensajes y memes que permiten remarcar el voto enfadado y, a menudo, políticamente incorrecto sobre el que se ha construido su campaña electoral.

Mientras se asume que el PP está sufriendo en sus propias carnes un fenómeno similar al que vivió en 2014 y 2015 el PSOE con la irrupción de Podemos, los datos, por el momento, parecen darle la razón. La división del centroderecha confirma que el PP se está desangrando en sus nichos de votos tradicionales (con especial mención a la España interior), una pérdida de apoyo que se reparte entre VOX y, veremos si se confirma, C’s pero que al final termina beneficiando al PSOE, que se destaca como el principal adversario ideológico en ese bloque.

Eso explica un mapa como el que este fin de semana publicó GAD3 sobre el dominio generalizado de un PSOE que, a pesar de la crisis abierta por el error en torno a la presencia de Sánchez en los debates electorales, podría estar rozando los 140 diputados en estos momentos, con la apelación al voto útil como uno de los mensajes centrales  de la campaña que lidera el presidente del Gobierno. Hasta el momento, parece estar funcionando, a pesar de que se percibe cierta recuperación en Unidas Podemos, que se mantiene, no obstante, muy lejos del 21,1% conseguido en 2016.

En Galicia, el PSOE podría ser primera fuerza tras 37 años de dominio popular y en la Comunidad Valenciana, que celebra elecciones autonómicas también el próximo domingo, el PSPV estaría en disposición de convertirse en primera opción del electorado por primera vez desde que la CCAA pasó a manos del PP, en 1995, convirtiéndose en uno de los graneros de votos simbólicos del poder conservador desde los tiempos de José María Aznar.

De acuerdo con los datos de IMOP, existe una veintenna de circunscripciones en las que se está disputando el último escaño por un puñado de votos, algo que seguramente veremos confirmado durante el escrutinio en la noche electoral. Entre las provincias que situamos en la lupa encontramos Ourense, A Coruña, Salamanca, Asturias, Badajoz o Granada. Según los datos de GAD3, también podemos sumar Zamora.

Para añadir más pistas sobre lo que se juega cada uno, recomendamos revisar las agendas electorales de los diferentes partidos, que suelen señalar precisamente escenarios en los que se la juegan. Si tenemos en cuenta, además, la celebración atípica de los debates, tendrán apenas tres días tras los debates para retomar una campaña en la que ya se asume la división en bloques.

El PSOE adelanta en 10 puntos al segundo

Todos los estudios demoscópicos publicados hasta este lunes coinciden en un mismo escenario: El PSOE se postula como el gran favorito para ganar las elecciones del próximo 28A aprovechando la división del centroderecha, que le beneficia en las circunscripciones en las que se reparten menos diputados, y en la propia situación de Unidas Podemos.

Todos los estudios recogen un retroceso de UP, que en los anteriores comicios constituyó la bestia negra de Ferraz hasta el punto de que temió un sorpasso que sólo se evitó por la tradición y potencia de una marca política como la que constituye el PSOE. Hoy, UP se mueve en torno al 13.3% de los votos (-7.6 puntos respecto a las elecciones de 2016 pero medio punto más que la anterior oleada estudiada en este blog).

Por otro lado, el PSOE es el principal beneficiado del desplome sin paliativos del PP, que se deja más de 13 puntos en estimación de voto que van a engrosar opciones alternativas nacidas al calor de la crisis interna que se larvó durante años y que estalló con la moción de censura a Mariano Rajoy. Su retirada de la primera línea política y la batalla por la sucesión sólo han confirmado que el PP tenía un gran problema que, hace unos meses, aprovechaba C’s y que en estos momentos aprovecha VOX, una criatura nacida a los pechos del aznarismo, que estos días apela al voto útil.

Los datos son concluyentes: El PP obtendría hoy el 20.01% de los apoyos, 19.6% si sumamos los datos del CIS, de Simple Lógica y GESOP, que forman parte de la anterior oleada analizada; estos datos, no obstante, vienen enmascarados en buena medida por el resutlado aceptable que le otorgan todavía NC-Report y Celeste-Tel, que lo sitúan en torno a los 100 diputados. Sobra decir que las estimaciones no tienen demasiado que ver con el de otras empresas demoscópicas, que lo sitúan en torno a los 75 escaños, es decir, una pérdida de 60 diputados que, en la práctica, supone la fuga de la mitad del electorado que la dio su confianza el 26J de 2016, especialmente desde que Pablo Casado tomó las riendas del partido (Rajoy se fue con el partido en el 22.9% de media, +3.3 puntos respecto a los datos que se registran hoy).

El presidente del PP encabeza una campaña en la que han sido habituales las exageraciones, las enmiendas y las ocurrencias, que parecen más propias de los jóvenes del partido (la última, protagonizada por el secretario general del partido este fin de semana en La Sexta), con críticas cada vez menos veladas de sectores que, de una manera u otra, están siendo depurados por la propia organización. Si tenemos en cuenta, además, los fichajes de históricos por parte de VOX, no resulta descabellado pensar en un ajuste de cuentas, a partir de mayo, con la actual dirección, sobre todo si el partido se queda por debajo de los 84 diputados, que constituye la peor marca del PSOE.

Los socialistas, por su parte, se mueven en torno al 29.9% de estimación de voto (29.81% si excluimos los datos de CIS, Simple Lógica y GESOP), un porcentaje similar al de hace una semana que los cuarteles de campaña del PSOE elevan en privado por encima del 30%. Todo queda, por lo tanto, a la espera de las intervenciones de Pedro Sánchez en los dos debates electorales, un formato que no se le da especialmente bien y que puede llevárselo por delante. Lo lógico sería pensar en una actitud «presidenciable», llena de propuestas y que responda de manera firme pero sin exageraciones a las críticas que, por descontado, le llegarán desde el PP y C’s. Será el candidato que, seguramente, más se refiera a la ultraderecha y a las opciones de un pacto de VOX con PP y C’s para postularse como alternativa útil para combatir ese frente.

En este punto, tenemos dudas de la posición que adopte Pablo Iglesias, que ya no disimula que las opciones de su partido pasan por lograr una mayoría suficiente que obligue al PSOE a pactar un gobierno de coalición. En ese sentido, lo normal sería que el líder de UP no atacase con mucha vehemencia a Sánchez, de la misma manera que el líder socialista no debería entrar en un cuerpo a cuerpo con Iglesias que pudiera arrebatarle unos escaños que serán fundamentales en la resaca postelectoral para negociar mayorías parlamentarias para mantener La Moncloa.

El caso de C’s constituye un ejemplo de manual de cómo se pueden perder unas elecciones en apenas un año. El partido de Albert Rivera, que insiste en situar los debates como los actos de campaña que constituirán la remontada, se mueve en torno al 14.5% de media (14,47% si extraemos los porcentajes de CIS, Simple Lógica y GESOP), medio punto menos que  hace una semana y +1.5 puntos respecto a su representación actual. Si tenemos en cuenta que, hace sólo un año, los sondeos le otorgaban el 27% de estimación de voto, resulta evidente el daño que le ha hecho una decisión externa (la moción de censura) y otra interna (el giro para disputar la derecha al PP y a VOX).

En los debates, podemos ver un enfrentamiento directo entre Rivera y Casado por disputarse la hegemonía del centroderecha conservador, con el fantasma de VOX como fórmula innombrable. La formación que Abascal se situaría en el 10.9% de estimación de voto (+0.9 puntos en una semana), mientras llena auditorios y se filtran dudas más que razonables de que finalmente pueda quedar como tercera fuerza parlamentaria. La ultraderecha, que será uno de los argumentos esgrimidos en los debates, se convierte en uno de los beneficiados de la campaña al no sufrir el coste de ver a Abascal confrontar propuestas vinculadas tradicionalmente a la extrema derecha.

CODA 1: Evolución de los sondeos y trackings electorales que hemos venido analizando en el blog desde el pasado mes de enero. Se percibe, claramnete, la evolución en ascenso del PSOE, sobre todo desde que se anunció el adelanto electoral, con un PP estancado. Mención aparte merece la caída progresiva de C’s, que corre el riesgo de quedarse como en las elecciones de junio de 2016. De nuevo, la incertidumbre corre a cargo de VOX:

CODA 2.Tras el vídeo de C’s centrado en los independentistas catalanas, la formación naranja opta estos días por lanzar un mensaje al nacionalismo vasco con la excusa del Cupo. En una factura similar al anterior spot, el partido de Albert Rivera confirma su escasa proyección electoral en Euskadi y Navarra (donde acude en coalición con UPN, defensor público y notorio el Concierto navarro).

Acerca de llegalaultima

Politóloga y periodista en transición
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