Los resultados de las elecciones europeas han confirmado que la esperanza del centroizquierda socialdemócrata pasa, sobre todo, por España y Portugal. Los comicios generales en España del pasado mes de abril, a la espera de que se dirima la investidura de Pedro Sánchez como presidente del Gobierno, y las buenas expectativas del PS en las elecciones generales lusas, previstas para el próximo 6 de octubre, confirman a ambos países como puntas de un eje hacia una teórica reconfiguración del reparto de poder en la UE que ha vuelto a dejar mucho que desear. Esta proyección se percibió en la reunión del G20, en Japón, con la exhibición de buenas relaciones entre Emmanuel Macron y el propio Sánchez, y en la negociación de los cargos a designar en las instituciones de la UE para los próximos cinco años.

Volvemos, pues, a dinámicas reconocidas y reconocibles del statu quo anterior a la crisis financiera, con la pérdida de poder de Syriza,  que ganó las elecciones en 2015 como símbolo de recuperación de la dignidad griega y de un giro hacia  una Europa más empática con los ciudadanos,  y con un espejo, Italia, que apuntala una retirada de influencia en la escena comunitaria como castigo nada disimulado a las políticas defendidas por Matteo Salvini en el país, con la desactivación del M5S mediante.

En este contexto nos fijamos en Portugal, un país al que observa como reflejo futuro, en buena medida porque, en los grandes números, la economía marcha.  Los sondeos sobre estimación de voto no recogen grandes cambios en relación a las expectativas de los diferentes partidos en Portugal en relación a la serie histórica, a excepción de la paulatina caída de las expectativas de voto de los socialistas, que por el momento no se traduce en una recuperación del espacio perdido por el centroderecha.

Así, el PS sigue liderando la competición con un 36.35% de apoyo de media, -1.4 puntos respecto al mes de mayo pero todavía +3 puntos en relación a su último resultado en las urnas, con el anuncio de medidas y políticas, como el control de los precios de alquiler, que hace las delicias del electorado de centroizquierda español, especialmente en un momento en el que la vivienda, en todas sus vertientes, se confirma inmersa en una nueva burbuja financiera.

El PS se destaca del PSD, que sigue reptando en su suelo electoral. El partido de centroderecha portugués por antonomasia obtendría el 23.55% de los apoyos, -1.8 puntos respecto a la estimación realizada el pasado mes. Su socio de coalición electoral en 2015, el CDS, se movería en torno al 6.65% (-1 punto respecto al mes anterior) y juntos sumarían el 30.2% de lo sapoyos, -8.4 puntos en relación al resultado obtenido hace cuatro años por Portugal à Fora.

En cuanto a los socios parlamentarios del PS, no se perciben tampoco grandes oscilaciones electorales: El BE sería tercera fuerza con el 9.05% de los apoyos, -1.2 puntos en relación a los últimos comicios pero una proyección idéntica a la de hace un mes. La CDU, por su parte, caería al 6.3% de los apoyos (-1.9 puntos en relación al mes pasado). Entre las tres fuerzas sumarían el 51.7% de la representación parlamentaria, por lo que todo estaría listo para reeditar un pacto como el de la geringonça. 

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Los primeros sondeos publicados tras las elecciones generales, y con la resaca de los comicios de mayo, confirman la tendencia: Los partidos tradicionales recuperan posiciones en un contexto de fragmentación política que se mantiene a pesar de las dificultades. Con el foco puesto en Unidas Podemos y, sobre todo, C’s por sus respectivas estrategias en relación al reparto de poder tras el ciclo electoral, los sondeos sobre estimación de voto recogen un desgaste de la marca de los nuevos partidos políticos, con diferentes puntos de partida.

Por un lado, hay que hablar de C’s y de una singular crisis interna por la posición defendida, precisamente, por su líder, una estrategia que se ha saldado con el abandono de Manuel Valls, tras apoyar la investidura de Ada Colau en Barcelona, además de la dimisión de Toni Roldán y de otros cargos del partido en el resto del país, además de las críticas públicas de otros destacados miembros de la dirección. El motivo, el cordón sanitario impuesto por Albert Rivera, y respaldado por la dirección de C’s, a pactar con Pedro Sánchez una investidura, lo que ata al partido al presente y al futuro del PP.

Si tenemos en cuenta, además, que la debilidad del PP se sustenta en la emergencia de VOX, queda claro que estamos ante una estrategia en la que la formación naranja ha decidido postularse como una alternativa al PP en el centroderecha, tal vez, en los próximos años, una estrategia que hoy pasa por sentarse a negociar con VOX la formación de los gobiernos autonómicos pendientes (Madrid y Murcia), como guindas al pacto de gobierno alcanzado en otros niveles institucionales (Andalucía, Castilla y León y el Ayuntamiento de Madrid como principales referencias). A diario, los perfiles oficiales de VOX y C’s dejan sobradas muestras de un diálogo de sordos entre ambos, con agarrones en los que ya no se disimulan insultos.

Unidas Podemos comparte con C’s crisis interna, aunque por otros motivos. La lista de Pablo Iglesias permitió salvar los muebles en las elecciones generales de abril, algo que no sucedió en los comicios autonómicos y municipales del mes de mayo. Las urnas no permitieron maquillar el hundimiento de Unidas Podemos, que todavía se hizo más patente con la pérdida del Ayuntamiento de Madrid y la incertidumbre instalada en la CAM, en donde la lista de Angel Gabilondo fue la más votada aunque sin poder suficiente para evitar un acuerdo a tres del espectro de las derechas.

La resaca de las elecciones han vuelto a establecer la crisis como el estado perpetuo en la situación de la formación morada, un escenario que casa mal con la designación como cargo de confianza de candidatos que no consiguieron un buen resultado y con el abrazo del oso con el que el PSOE decidió emprender la negociación de la investidura de Pedro Sánchez como presidente del Gobierno.

Ferraz sabe que el tiempo corre en contra de los intereses de Unidas Podemos, en crisis permanente desde Vistalegre II y que, ahora mismo, se circunscribe a la posición defendida por Iñigo Errejón y la corriente que lidera, a la espera de confirmar si da el salto o no a la política nacional en el caso de una repetición de las elecciones generales. Por el momento, el cabeza de lista de Ahora Madrid ha llegado a descartar la entrada de su partido en un hipotético gobierno de Gabilondo para convencer a C’s de que se abstenga, un movimiento que Iglesias hizo suyo también estos días.

Tras semanas exigiendo que en el próximo Gobierno haya ministros de Unidas Podemos, Iglesias dejó caer la posibilidad de no entrar en el Gobierno de cara a la segunda votación de la investidura de Sánchez, que se votará el próximo 22 de julio, para evitar una repetición de los comicios generales que serían mortales para la formación morada, hoy condenada a ser la muleta de apoyo del PSOE.

El PSOE saca 14 puntos al segundo

Los sondeos sobre estimación de voto confirman que los partidos que en su momento encabezaron la nueva política no pasan por su mejor momento, lo que se traduce, a su vez, en un refuerzo de las posiciones del bipartidismo tradicional. Este refuerzo es claro en el caso del PSOE, que aprovecha la fuga de votos detectadas en UP y, también, en C’s, que aleja la posibilidad de sobrepasar al PP como primera fuerza en el centroderecha. Por su parte, los populares aprovechan la caída en las expectativas de VOX, un dato que vendría a refrendar la posición de fuerza de Génova durante la negociación de la composición de los ayuntamientos, negociación en la que C’s no destacó precisamente por su visión.

De acuerdo a los datos publicados a lo largo del mes de junio, el PSOE subiría al 32.16% de estimación de voto (31.3% si eliminamos el sesgo del CIS, mucho más pronunciado en el barómetro publicado este miércoles). El bloqueo institucional, que recuerda mucho al que vivimos en 2016 con Mariano Rajoy como candidato a la investidura, parte del supuesto de que una repetición de las elecciones generales ampliaría la distancia de los socialistas respecto al segundo competidor: Gana en un par de meses 3.48 puntos y su líder, Pedro Sánchez, se proyecta como el mejor valorado.

Este análisis obvia, quizás conscientemente, el aumento de la abstención, sobre todo por electores que ya fueron en abril a votar con la nariz tapada con el argumento de parar al fascismo y que el sanchismo reforzaría su poder a costa de la caída de UP, lo que dejaría todo en manos de que el reparto de poder con la aplicación de la LOREG amplificara la posición de los socialistas como primera fuerza.

Todos los sondeos publicados (excepto Simple Lógica y el CIS) apuntalan cierta recuperación del PP, que se movería en torno al 17.78% (19.06% si obviamos el dato del CIS), con cierta recuperación respecto al batacazo del 28A tanto en relación con el PSOE como, sobre todo, respecto a C’s, que aleja la posibilidad de sorpasso. Los populares ganan 1 punto respecto a abril (+2.36 si descartamos al CIS) y, sobre todo, aparecen como el árbitro moderador de las tensiones exhibidas en público por C’s y VOX, que aprieta estos días con retirarse de la negociación del gobierno de la CAM si no se habla de reparto de cargos.

C’s se movería en torno al 15.8%, un dato que confirmaría que el 28A tocó techo electoral y que, por el momento, existe poco margen de maniobra. Este escenario, en sí mismo, aventura la primera dificultad de la formación de Albert Rivera, que ya no pasa por ser el líder mejor valorado (ver datos del CIS o de Simple Lógica) y al que muchos de sus partidarios colocan ahora como parte del problema que atraviesa la formación. El tiempo dirá si la estrategia emprendida por el partido es la correcta o no; por el momento, queda manifiestamente claro que C’s ya no pretende disputar el espacio del centro ideológico y que, tal y como hemos visto estos meses, prefiere entrar en la zona que, hasta ahora, era territorio natural de los populares.

Las cosas tampoco pintan bien para los intereses de UP, que caería al 13.4% de estimación de voto (-1 punto respecto a su último resultado en las urnas), con el liderazgo de Pablo Iglesias totalmente achicharrado como evidencia actitudes como la de equipo negociador del PSOE, que hace semanas dejaba caer la posibilidad de negociar finalmente un gobierno de coalición pero sin Iglesias sentado en el Consejo de Ministros.

El fenómeno VOX también sufre cierto desgaste, sobre todo en relación a sus resultados en las elecciones generales. El partido que lidera Santiago Abascal, muy desaparecido de los focos de los medios durante estas semanas, caería al 7.4% de estimación de voto, casi -3 puntos en relación a su representación actual aunque todavía por mayor proyección que la registrada en las elecciones mayo. VOX se confirmaría, por lo tanto, como una opción con más potencia en términos nacionales que locales, a la espera de ver cómo se dirime la negociación de su posición en las investiduras pendientes. Estos días lidera la batalla cultural de la semana contra la reivindicación del Orgullo Gay.

CODA. Una muestra de las buenas relaciones que, en público, mantienen C’s y VOX desde sus perfiles oficiales en Twitter. En la práctica, con el PP mediante, ambos partidos comparten negociación y votos, como se puso de manifiesto hace unas semanas con los presupuestos andaluces.

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El próximo domingo, Grecia votará la renovación de su parlamento, con una ventaja clara de Nueva Democracia, que estaría cerca de obtener la mayoría absoluta. El ciclo electoral, que se adelanta tras el mal resultado de Syriza en las elecciones europeas y en las municipales, confirma un giro claro del electorado hacia la derecha, con porcentajes de apoyo que superan ampliamente el 35% de los votos (algo que no ocurría desde el 33.48% conseguido en las elecciones de 2009 y todavía lejos del 41.8% obtenido en los comicios de 2007, antes del estallido de la crisis económica).

ND vuelve a obtener un porcentaje de apoyo similar a sus resultados antes de la de la crisis de partidos que, entre 2009 y 2011, acabó con el PASOK como el partido de referencia del centroizquierda y debilitó al centroderecha griego. Los últimos sondeos sobre estimación de voto publicados apuntalan la proyección de ND pero también de otros partidos minoritarios que, en general, se ubican ideológicamente en el centroderecha (con una raíz más o menos liberal en lo económico).

En la izquierda, se percibe un cierto rearme en las opciones de Syriza en relación a la serie histórica, aunque el avance es insuficiente para reponerse del voto de castigo obtenido en las elecciones municipales, en buena medida por las expectativas defraudadas creadas por  el primer ministro, Alexis Tsipras, que llegó al poder prometiendo la recuperación de la dignidad griega frente a la Troika y que se ha confirmado como un alumno aventajado de las instituciones comunitarias y del FMI, especialmente tras la petición del tercer rescate financiero del país.

Este domingo, las urnas confirmarán el giro ideológico del país, que conformará su Parlamento tras la aplicación de una ley electoral renovada que, por ejemplo, elimina el bonus de 50 diputados que obtenía el partido más votado para facilitar la gobernabilidad del país. Hoy, ese partido es ND , que se movería en torno al 38.7% de los apoyos, +1.8 puntos respecto a la estimación de voto que analizamos en este blog hace unas semanas y +10.6 puntos si lo comparamos con su último resultado en las urnas.

Su líder, Kyriakos Mitsotakis, miembro de una de las dinastías políticas del país, se prepara para tomar el poder en un país que mantiene abiertas las heridas de la crisis económica, financiera, social y política que cristalizó, sobre todo, desde 2011, con la promesa de no pactar con la extrema derecha ni con la extrema izquierda. Una declaración que apunta a que ND puede haber tocado techo electoral.

Syriza se movería en torno al 28.25% de los apoyos, +2 puntos respecto al mes de mayo, y atesora una pérdida de 7.21 puntos en relación a las elecciones de septiembre de 2015. Y todo ello con la irrelevancia de los partidos escindidos tras la adopción de las primeras decisoines por parte de Tsipras.

En el segundo nivel, como siempre, encontramos a los tres partidos que compiten por ser la tercera fuerza política. Tras el derrumbe de Amanecer Dorado que aventuran todos los estudios demoscópicos, con un 4% de estimación de voto, Kinal se postula como la tercera fuerza parlamentaria, con una estimación del 7.75% de los apoyos (-0.85 puntos respecto al mes de mayo pero +1.47 puntos en relación al resultado obtenido hace cuatro años por el PASOK).

El KKE, por su parte, vuelve a desinflarse ante la cercanía de las elecciones generales: Si en toda la serie veíamos un refuerzo de las opciones de los comunistas, los últimos sondeos rebajan el apoyo del electorado al 5.3%, casi -2 puntos en relación al mes de mayo, lo que le situaría en un porcentaje de apoyo casi idéntico al conseguido en 2015. El KKE, por lo tanto, quedaría por delante de la ultraderecha en el próximo Parlamento heleno.

Ya en el vagón de cola hallamos a dos formaciones políticas que ha pasado por diferentes momentos en relación a su proyección y/o estancamiento electoral. Por un lado, encontramos al EK, que caería al 1.6% de apoyo el próximo domingo (-1 punto respecto al mes anterior, casi -2 puntos si lo comparamos con el 3.43% de apoyo obtenido en las últimas elecciones). Por su parte, el EL (Solución Griega) crece hasta el 3.5% de la representación, casi un punto más que en el mes anterior.

El domingo se presentan también To Potami, Anel y LAE, con escasas opciones de lograr representación parlamentaria. También existe cierto interés por comprobar si el partido del ex ministro de Economía de Tsipras, Yanis Varoufakis, consigue finalmente superar el umbral del 3% de la representación. Todo ello con un 7.5% del electorado que se declara indeciso en el tramo final de la campaña electoral.

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Syriza logró un mal resultado en las elecciones para la renovación del Parlamento Europeo. Al igual que ha ocurrido en Portugal, los resultados de las elecciones  anticiparon lo que sucedería en las elecciones generales, previstas para este otoño. A saber: Refuerzo de Nueva Democracia y una pérdida de apoyo de Syriza, una pérdida de apoyo que hemos venido resaltando desde hace meses y que no revierte ni siquiera el giro social de las medidas anunciadas por el primer ministro en el último tramo de la legislatura.

Entre las medidas, destaca la rebaja del IVA a la restauración y a una serie de productos alimentarios, del 24 % actual al 13% y del 13 % al 6 % el de la luz y el gas; recupera la decimotercera paga de los jubilados, una extraordinaria que será íntegra para las pensiones por debajo de 500 euros, y parcial para todas las que están por encima; y se permitirá la devolución de deudas a Hacienda, a la Seguridad Social y a los municipios con pagos fraccionados de hasta 120 plazos.

La aprobación de este paquete social, por parte del Parlamento heleno, no ha servido para salvar los muebles en un país en el que las heridas de la crisis siguen abiertas. El 26M, Nueva Democracia logró el 33.25% de los apoyos, prácticamente 10 puntos más respecto a los resultados de Syriza. Ya muy lejos quedaron el resto de candidaturas, con KINAL (heredera del PASOK) como tercera opción con el 7.5% de los apoyos y el KKE con el 5.54%. Amanecer Dorado registró una fuerte caída respecto a sus expectativas nacionales, con un 4.86% de los apoyos, muy cerca del fenómeno político de la temporada, el EL, que obtuvo el 4.12% de los apoyos.

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Tras los malos resultados cosechados por Syriza, el primer ministro, Alexis Tsipras, anunció un adelanto electoral de las elecciones generales, con el 30 de junio como fecha que se avanzó; finalmente, será el 7 de julio la fecha elegida para los comicios, una fecha emblemática para la trayectoria reciente de la coalición de izquierdas: el 5 de julio hará 4 años de la negativa de los griegos a aceptar los postulados de la Troika para acordar un tercer rescate financiero, resultado que finalmente Tsipras ignoró tras su reelección en las elecciones de septiembre de 2015 en aras de un bien superior.

En este punto comenzaron los problemas del proyecto político de Tsipras, con la pérdida paulatina de confianza de un electorado que ha visto cómo el primer ministro ha salvado sucesivas mociones de confianza, sólo dos en lo que llevamos de año. La última, hace apenas unas semanas, con 153 votos a favor de los 300 en curso, tras el intento de ND de censurar al viceministro de Salud, Pavlos Polakis.

De acuerdo con el único sondeo sobre estimación de voto publicado en este mes de mayo, los resultados de las europeas se trasladarían a los comicios adelantados, con la excepción de Amanecer Dorado, que mejoraría resultados respecto al 4.86% obtenido en la renovación del PE. ND, con el 36.2%, sería primera opción tras ganar 8.1 puntos en comparación con los resultados de las elecciones celebradas en septiembre de 2015. Pierde 0.7 puntos respecto a la estimación de los sondeos publicados a lo largo del mes de abril.

Syriza, por su parte, se quedaría en el 27.3% (-8.16 puntos en relación a 2015, +1 punto en comparación con el dato recogido hace un mes), tras subir en relación a las estimaciones de voto registradas durante la serie histórica. La formación ultra se movería en torno al 7.3% (-0.32 puntos respecto a abril), sobrepasado por el Kinal, que se quedaría en el 7.5% de estimación de voto (-1.1 puntos en relación al promedio de hace un mes). Los comunistas rozarían el 7% de estimación de voto, casi +1.5 respecto a su representación actual y en una evolución estable si nos atenemos a la serie histórica.

En el siguiente nivel encontramos también los partidos habituales. To Potami caería al 1.9% de estimación de voto, con el EK en el 2.8% (+0.15 puntos en un mes). EL, que en las elecciones al PE logró el 4.12% de los apoyos, obtendría el 2% de acuerdo con la estimación de MRB.

CODA. La segunda  vuelta de las elecciones regionales otorgaron a ND el gobierno cinco de las seis regiones del país y todo apunta a que se impondrá en otras seis de las 13 divisiones territoriales griegas. En Atenas, el candidato de ND, sobrino del actual líder de la formación y favorito para vencer en las elecciones generales, ganó la alcaldía por 65.23% frente al 34.77%  conseguido por el número 1 de Syriza. Sólo se resiste el Ayuntamiento de Tesalónica, donde el independiente Constantinos Zervas se impuso en la segunda vuelta con cais el 70% de apoyo.

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Portugal es uno de los países llamados a constituir una excepción en la UE respecto a la irrupción de partidos populistas de derechas o euroescépticos de nuevo cuño, una vez asimilada la fuerte contestación al proyecto europeo por parte de los comunistas portugueses. Los resultados de las elecciones adelantan un escenario que podrían repetirse en próximo mes de octubre, con la celebración de las elecciones generales, con el partido del primer ministro, Antonio Costa, como el principal favorito para ocupar de nuevo el Gobierno del país.

Las elecciones pa ra la renovación del PE han remarcado el liderazgo del PS en un contexto de fuerte desmovilización histórica del electorado. De acuerdo con los datos oficiales, el 26M sólo acudió a votar el 30,73% del electorado que, en su mayoría, optó por el PS, que logró el 33.38% de los apoyos ), prácticamente +2 puntos respecto a 2014. El principal partido de la oposición, el PSD, cayó al 21.94% (-6 puntos en cinco años), en lo que parece una traslación directa, en clave nacional, de la posición de los conservadores en este último tramo de la legislatura lusa. 

Tampoco hay grandes novedades, respecto a la serie histórica de los sondeos sobre estimación de voto de las elecciones generales, en relación al resto de partidos políticos: El BE se consolidó como tercera fuerza con el 9.82% de los apoyos (+5.26 puntos en relación a 2014) y el PCP se quedó en el 6.88% (-5.8 puntos), un resultado que tiene mucho que ver con el contexto de recuperación económica que vive el país en este momento y que explica cierto viraje en las críticas hacia el proyecto europeo respecto a 2014, cuando el pàís estaba sometido al rescate financiero por parte de la UE. Por último, el CDS, que en 2014 se presentó en coalición con el PPD/PSS, obtuvo el 26M el 6.19% de los votos, una vez asimilada la fractura con su anterior socio de gobierno.

Los resultados electorales del pasado domingo, que durante las próximas semanas medirá la capacidad de influencia del centroizquierda en la negociación de la composición de las instituciones comunitarias, tienen una traslación clara en los datos que los sondeos sobre estimación de voto recogen sobre los principales partidos de cara a las elecciones previstas para el 6 de octubre.

El PS sería la primera fuerza con el 37.75% de promedio, con una recuperación de 2 puntos en relación a la estimación del pasado mes de abril. Sacaría 12.4 puntos a su inmediato competidor, una distancia que explica por qué el primer ministro, Antonio Costa, ha hablado de encarar con «fuerza renovada» la precampaña electoral, con el conflicto con los profesores de la enseñanza pública por la actualización de sus salarios como uno de los nubarrones de su mandato.

El PSD, como apuntábamos, sería la segunda fuerza con el 25.35% de los apoyos, +0.8 puntos en relación a la estimación anterior; un dato que ha levantado las voces en torno a la posible dimisión de Rui Río, el líder conservador elegido hace apenas unas meses  y que, por el momento, no ha sido el revulsivo para que su formación deje de reptar por su suelo electoral. Su anterior socio de gobierno y de coalición electoral, el CDS, se mueve en torno al 7.65% de media, medio punto más respecto al dato registrado en el mes de abril. Entre ambos suman el 33% del electorado, -5.6 puntos si tenemos en cuenta el resultado conseguido por Portugal à Fora, la coalición con la que en 2015 se presentó la lista liderada entonces por el ex primer ministro Pedro Passos Coelho.

En cuanto a los socios parlamentarios de Antonio Costa en la geringonça, parece que en este momento de la serie histórica se pronuncian las distancias. El BE sería tercera fuerza con el 9.05% de los apoyos, un punto más que en el mes de abril y prácticamente un punto por debajo de su último resultado conseguido en las urnas. Por su parte, el CDU pasaría del 8.2% al 6.42%, con una caída de 2 puntos en relación al dato registrado en el mes de abril, estimación que se explica por la bajada en el porcentaje de apoyo que le otorgan las dos empresas demoscópicas que resaltamos en esta ocasión. Su líder, Jerónimo de Sousa, ha defendido la estrategia del partido que, en 2015, dio luz verde a un acuerdo de izquierdas inédito en la historia del país.

Si se mantienen estos porcentajes de apoyo y las alianzas postelectorales registradas tras las últimas elecciones generales, a cinco meses de las elecciones podemos decir que Antonio Costa podría repetir cargo con el apoyo del 53.25% de la cámara lusa.

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Como se esperaba, la resaca electoral está resultado pesada en la galaxia Podemos, especialmente a propósito de la pérdida del Ayuntamiento de Madrid, que se juega buena parte de su futuro a proyectarse como socio fundamental de Pedro Sánchez para mantener la presidencia del Gobierno y acceder a gobiernos autonómicos y locales. De ahí la filtración de posibles acuerdos con C’s si la formación naranja levanta el cordón sanitario que mantenía en torno al PSOE, petición que el mismo Sánchez realizó desde Ferraz la noche electoral a pesar del mensaje que la militancia le dirigió la noche del 28 de abril tras ganar las elecciones generales.

Este escenario, del que venimos hablando en este blog desde el arranque del año, dejaría prácticamente en el limbo a Unidos Podemos, que empieza a proyectar la imagen tradicional de un partido de izquierdas de camino a su refundación. Veremos, en cualquier caso, si finalmente se produce ese proceso de autocrítica y reflexión del que habló este lunes Pablo Iglesias, que tiene puesto sobre sí el foco del desastre ocurrido en Madrid y que, por el momento, mantiene en un segundo plano los errores cometidos por el PSOE: Angel Gabilondo no ha sido capaz de absorber la masa crítica de UP, como ha ocurrido en otras CCAA, y Pepu Hernández rubrica un desastre electoral que explica muy bien por qué Manuela Carmena ha perdido el Ayuntamiento de Madrid.

Hoy toca hacer balance de los sondeos sobre estimación de voto publicados y analizados en este blog. Así, en los relativos a la renovación del Parlamento Europeo, existen dos grupos bien diferenciados: Dos partidos, los protagonistas del sistema de partidos español tradicionalmente, que vieron rebajadas sus expectativas y el resto, cuyos resultados aparecieron inflados en todos los estudios.

Tanto PP como PSOE vieron infrarrepresentadas sus estimaciones de voto, que finalmente fueron más elevadas de lo que se esperaba, lo que puede ser el inicio de una tendencia de recuperación del bipartidismo, aunque sea con sesgo en un contexto de competición multipartidista como el actual. En el caso del PSOE, +2.2 puntos respecto al promedio de estudios, con Sigma Dos como el sondeo que se quedó más cerca del porcentaje de voto obtenido por los socialistas. Si miramos al PP, vemos que finalmente quedó por encima del 20% en representación, dato al que se aproximaron GAD3 y Metroscopia.

En el grupo de los beneficiados por los sondeos encontramos a UP, que repite en todos los niveles institucionales como la formación política más inflada en los estudios demoscópicos. La formación morada se quedó en el 10.05%, a pesar de que, en esta  ocasión, acudía en coalición con IU. Con un promedio del 12.8%, sólo Sigma Dos (0.15 puntos) y  GAD3 (0.55) se quedaron cerca de su representación final, a diferencia de la sobreestimación que recogieron el CIS (+3.95), Metroscopia (4.35) y 40deB (+4.35 puntos).

Situación similar encontramos en los datos de C’s (+4.33 puntos según Celeste-Tel), 40deB (+3.93 puntos), Sigma Dos (+3.63) o Metroscopia (+3.43 puntos), porcentajes que explican el promedio del 15.4% que atribuyeron los sondeos antes de los comicios, quizás más en sintonía con los resultados conseguidos por C’s en las elecciones generales. Éste puede ser también el planteamiento de los datos de VOX, formación que también quedó sobreestimada en todos los estudios publicados, con GAD3 (+0.60) como el sondeo que más cerca se queda del resultado final obtenido por la formación en el PE (6.7%).

En cuanto a las estimaciones de los sondeos a la CAM, volvemos a tener dos grupos claramente diferenciados: las formaciones sobreestimadas, con mención especial, de nuevo, a Unidas Podemos, con un promedio del 9,5%, +4.5 puntos de los resultados conseguidos finalmente. La candidatura de Isabel Serra recibió una estimación inflada en todos los estudios, con mención especial al CIS (+7.44), a NC-Report (+5.24) y a Sociométrica y GAD3 (+3.94 puntos). El que más cerca se quedó fue 40deB (+2.14), que también fue la empresa demoscópica que sobrerrepresentó a Más Madrid (+4.15 puntos); el resto de empresas le dieron una estimación inferior al 14.65% conseguido finalmente (sobre todo GAD3 y Sociométrica, -5.85 puntos).

A falta de conocer más datos del comportamiento del electorado en la votación del 26M, todo hace pensar en un efecto concentración en la lista que lideraba en la CAM Iñigo Errejón en detrimento de la que encabezaba Serra, con efecto directo en las opciones reales de Gabilondo para armar un gobierno apoyado por el centroizquierda en la CAM.

En cuanto al resto de partidos, encontramos también una constante, en relación con el PP, en relación a su capacidad final de movilización, algo que, en estos comicios, se extiende también a C’s. El PP logró al final en la CAM el 22.1% de los apoyos,  +0.8 puntos en relación al promedio de estudios, recuperando la segunda plaza perdida en las elecciones generales. Los que más cerca se quedaron fueron el CIS (+0.69), Sociométrica (-0.38) y (GAD3 (-0.31), aunque el resto tampoco difirió excesivamente del porcentaje final obtenido por la lista de Isabel Díaz Ayuso. Sólo 40dB se alejó en 2.41 puntos del resultado que arrojaron las urnas en el caso del PP.

En cuanto a C’s, todos los estudios, menos Metroscopia, se quedaron cortos en sus estimaciones de voto, que difirieron en 0.8 puntos respecto al promedio de todos los estudios. NC-Report prácticamente clavó el resultado de Ignacio Aguado, al igual que el IMOP (+0.22); el resto se quedó por debajo, con especial mención a los 3.02 puntos de distancia del CIS respecto al porcentaje de voto definitivo.

Nos queda abordar los resultados del PSOE y de VOX, con un escenario inverso. En el caso de los socialistas, la mayoría de estudios situaron por encima del 27.35% el porcente de apoyo a los votantes de la CAM, dato que prácticamente clavó Metroscopia (+0.25) o NC-Report (-0.35). Destacan los +2.35 puntos de Sigma Dos o los -3.15 que le otorgó 40deB, a la espera de conocer la incidencia de la campaña de Gabilondo en la movilización del electorado en el último tramo de la campaña.

Respecto a VOX, los sondeos le otorgaron el 8.6% de media, un resultado prácticamente idéntico al 8.86% conseguido en las urnas finalmente. Si miramos en detalle, sólo tres estudios le situaron por encima del porcentaje de apoyo conseguido finalmente (NC-report, Metroscopia y DYM) mientras que el resto le situó por debajo de ese 8.86%, con  40deB (-0.16 puntos), Sociométrica y GAD3 (-0.06 puntos) prácticamente clavando su resultado.

Por último, toca abordar los sondeos relativos al Ayuntamiento de Madrid, con datos que apuntan a una movilización final del electorado de centroderecha, infraestimado en todos los estudios publicados y analizados en este blog. El PP logró +2.22 puntos en relación al promedio de sondeos, que minimizaron su capacidad de recuperación; a destacar los -5.12 puntos de 40deB o los -3.72 de GAD3, con el CIS como el estudio que más se acercó al resultado definitivo.

En cuanto a C’s, todo los estudios minimizaron sus resultados salvo NC-Report (+0.28) o 40deB (+0.88) que, junto a GAD3 (-0.22), fueron los que más se acercaron al 19.12% conseguido por la lista de Begoña Villacís (+2.22 puntos respecto al porcentaje obtenido finalmente). Destacan los -5.62 puntos del estudio de Metroscopia, el -4.92 del CIS o los -4.72 de Sociométrica.

Los datos sobre VOX apuntan a una infrarrepresentación (-1.3 puntos), que se explica por la no inclusión de su estimación en el sondeo de NC-Report. Con ese matiz hecho, las diferencias respecto al resultado final se mueven entre los que se quedaron muy cerca, es decir, GAD3 (-0.83), Sigma Dos y 40deb (-0.93), y los que ampliaron esta distancia en positivo (Metroscopia y DYM) y en negativo (CIS).

En el extremo contrario encontramos también los casos del PSM y de Más Madrid, sobreestimados en prácticamente todos los estudios demoscópicos, lo que hace pensar en una desmovilización de sus respectivos electorados en el tramo final de la campaña. En relación a Más Madrid, todos los estudios, menos NC-report (-3.44), le situaron por encima del 30.94% de apoyo conseguido al final, con especial mención a Metroscopia y DYM, que prácticamente clavaron el resultado. Las distancias más amplias las aportan los sondeos de Sigma Dos (3.96) y 40deB (4.26), que esperaban más de la lista encabezada por Manuela Carmena.

En cuanto al PSM, ningún sondeo estimó el batacazo recibido por la lista de Pepu Hernández en un contexto de recuperación general del voto perdido entre 2011 y 2016. El promedio de sondeos situaban al PSM en el 17.2%, +3.46 puntos respecto al resultado conseguido finalmente por los socialistas en el consistorio; mención especial merecen las desviaciones de Metroscopia (+5.96 puntos), NC-report y el CIS (+4.66 puntos), con 40deB (+0.26) como  el sondeo que más se acercó al resultado que arrojaron finalmente las urnas.

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La noche electoral cumplió con las expectativas: La apertura de las urnas confirmó la recuperación del PSOE, que, un mes después de las elecciones generales, afianza liderazgo y mayorías absolutas en Extremadura y Castilla-La Mancha al tiempo que se convierte en partido de referencia en los graneros de votos tradicionales del PP. La euforia socialista fue tal que incluso el presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, salió a valorar los resultados provisionales a pesar de que las informaciones sobre Madrid comenzaban a dar oxígeno al PP.

Tal y como apuntaron la mayoría de sondeos sobre estimación de voto, el PP logra conservar la Comunidad de Madrid y recupera el Ayuntamiento de la capital, en buena medida gracias a la división de la galaxia Podemos, que sólo aguantó con holgura en Cádiz y que sobrevivió en Barcelona y Valencia. Los datos del resto del territorio español certifican un hundimiento en lo que parece la antesala de su desintegración a juzgar por los mensajes lanzados por los diferentes actores protagonistas. Madrid, por lo tanto, permitirá a Pablo Casado aguantar al frente del PP a la espera de que cristalice un pacto a la andaluza con C’s y VOX, que pinchan en sus previsiones.

Los grandes titulares de la noche se mueven en estas líneas argumentales. La letra pequeña indica que, cinco años después de la irrupción de Podemos en la política nacional, con el salto posterior de C’s, las fuerzas centrales del sistema de partido español tienen una base preparada para la recuperación del espacio perdido. La evolución es clara respecto al PSOE, que crece gracias a la debilidad de su competidor ideológico, que ha asumido unos malos resultados sin paliativos y que transita, ahora, desde la exigencia de un gobierno central de coalición a ofrecerse como ayuda a un hipotético gobierno del PSOE.

Los buenos resultados del PSOE permiten disimular problemas a los que ya nos hemos referido en otras ocasiones: Desde un techo electoral, situado entre los 1 y los 7,5 millones de votos, a la evidencia de que el PSOE todavía es fuerte en competiciones autonómicas pero no en municipales. Los candidatos socialistas no son referencia en las grandes ciudades (salvo Sevilla y Zaragoza) y, aunque logra absorber parte del voto crítico descontenta con lo ocurrido en Podemos, no parece haber una construcción de una alternativa a medio plazo. Este escenario ata a los respectivos candidatos socialistas a la situación interna de Podemos, algo que ha quedado meridianamente claro en territorios como la Comunidad de Madrid, Asturias o Aragón.

Como señalamos en su momento en lo referido al PSOE, no es fácil enfrentar a un partido con esa tradición y, sobre todo, con un control del territorio basado en un trabajo de décadas. Eso explica por qué PP y PSOE logran salvar los muebles incluso en el momento de mayor debilidad de sus siglas. Hace cuatro años le ocurrió al PSOE y este domingo le sucedió al PP, un partido que puede respirar aliviado: A pesar del planteamiento de campaña y que este 26M acaba con malos resultados, Génova puede centrar su mensaje es que sigue siendo la principal referencia conservadora del país, con un C’s que apenas amenaza el reinado de los populares.

Aunque la formación naranja jugó a situarse como el principal partido de oposición al PSOE, no se ha planteado, ni por asomo, una posibilidad de sorpasso como en las elecciones generales en términos globales; tampoco en zonas emblemáticas como Madrid. Estos resultados, por lo tanto, le resitúan como actor a la espera de las decisiones que adopte el PP, al menos mientras se mantenga el cordón sanitario al PSOE, una estrategia que Génova no debería dar por segura con la resaca postelectoral. Sánchez pidió el domingo por la noche a C’s que levantara el cordón sanitario a su partido, lo que tendría consecuencias directas en la negociación de los gobiernos de CCAA y ayuntamientos, pero también con efecto directo en la composición del Gobierno central.

El PSOE gana con contundencia las elecciones europeas

En la renovación del Parlamento Europeo, C’s aglutinó 2,7 millones de votos y 7 escaños (cinco más que en 2014) frente a los 4,5 que dieron su confianza al PP, que pasa de 16 a 12 eurodiputados. El vencedor de la noche, no obstante, fue el PSOE, que ganó en todas las CCAA excepto en Cataluña, Navarra y Euskadi. Los socialistas lograron la confianza de 7,3 millones de españoles (121.000 menos que en las elecciones generales) y 20 escaños, seis más de los obtenidos hace cinco años. Un resultado que ha provocado que este lunes Pedro Sánchez viajara a París, donde se entrevistará con el primer ministro galo, Emmanuel Macron, con el que abordará, casi con total seguridad, la presencia española en puestos clave de la UE.

Con una participación del 64.30% (+18.47 puntos respecto a 2014), completan el cuadro los resultados de Unidas Podemos, en la institución en la que hacen cinco años dieron la campanada. Hoy, el partido logra 2,2 millones de votos y seis diputados, uno más de los cinco conseguidos por la formación morada en solitario. En 2014, Podemos e IU sumaron casi el 18% de los votos y 11 escaños en el PE, un dato que debería hacer reflexionar a todos sobre lo ocurrido en este lustro, con el consabido refuerzo del PSOE, que suma 3,7 millones de votos.

La otra incógnita de la noche era VOX y su capacidad por imitar a Podemos en cuanto a la ventana de oportunidad que suponen las elecciones al PE por la elección en circunscripción única. Los datos fueron concluyentes: Logra casi 1,4 millones de votos, el 6,2% de la representación, y se queda con tres escaños, los mismos que consiguen Ahora Repúblicas y solo uno más del que logra la lista que encabeza Carles Puigdemont en la Eurocámara

El PSOE vence pero no conquista Madrid 

El PSOE quedó como primera fuerza en todas las CCAA en las que se han celebrado elecciones autonómicas este domingo, a excepción de Cantabria y Navarra. En todas se constata un retroceso histórico del PP que, como hace un mes, vuelve a sufrir la fuga de votos hacia C’s y VOX, una fuga de votos que hay que enmarcar en la debilidad orgánica que ambos partidos demuestran fuera de las grandes capitales. La única alegría del PP, durante la noche electoral, pasó por Madrid, convertido en el termómetro llamado a decidir la duración del liderazgo de Pablo Casado. Los datos registrados en la CAM y en la capital le permiten ganar tiempo, a la espera de que se confirme un pacto a la andaluza que sirve como victoria en la recuperación del consistorio madrileño.

Tras unos resultados presentables en las elecciones generales, las urnas certificaron la situación en caída libre en la que queda la galaxia Podemos, tras años de peleas internas retransmitidas en público que ha llevado a presentar listas por separado en casi todos los territorios. La principal consecuencia la arrojan los números: La marca Podemos queda fuera de los parlamentos de Cantabria y Castilla La Mancha; pierde peso en todas las CCAA, con especial mención a Castilla y León (de 7 a 1),  Canarias (de 7 a 3 diputados), Baleares (de 10 a 6) Asturias (de 9 a 4), de Aragón (de 14 a 5) o Murcia (de 6 a 2). Se deja la mitad del electorado en La Rioja (de 4 a 2), pierde en Extremadura (de 6 a 4) y Navara (de 7 a 2).

Los datos, desglosados, son demoledores y vuelven a hablar de un trasvase de votos entre bloques ideológicos, con la absorción, por parte del PSOE, de parte del voto crítico vinculado a las distintas familias que componen el universo Podemos, cuya supervivencia política pasa hoy por ser fundamental en la negociación de la composición del Gobierno central. Lo mismo sucede en el PP,  que en el cómputo de las elecciones municipales se queda en los 5,058 millones de votos, 958.000 menos votantes que hace cuatro años.

En Aragón, el PSOE fue primera opción con el 30.81% de los votos (+9.4 puntos), con desplome incluido de Podemos, que pasa del 20.51% a un 11.41% (con suma de las dos candidaturas desglosadas). El PP se deja prácticamente 7 puntos, que es prácticamente lo que gana  C’s ( +7.29) respecto a 2015.  Con todo por negociar de cara al futuro gobierno autonómico:

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Las Cortes de Castilla-La Mancha es una de las CCAA en las que Podemos no logra representación este 26M. El PSOE lograía la mayoría absoluta con el 44.4% de los votos (-8.29 puntos en cuatro años), con el PP en el 28.55% (-8.96 puntos). Podemos pasa del 9.73% al 7.02% y C’s se refuerza hasta el 11.38% (+2.74 respecto a 2015).

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El PSOE queda como primera fuerza en Castilla y León, por primera vez desde 1983. Obtiene el 34,84% de los votos (+8.89 puntos), con el PP en el 31.53% (-6.24). UP se desploma al 4.95% y se queda fuera de las Cortes tras perder 7.15 puntos respecto a 2015, mientras que C’s escala al 14.56%. VOX logra representación con el 5.49% de los votos. Todo apunta a un pacto a la andaluza que permitirá al PP aguantar el gobierno regional de uno de los graneros históricos de votos del PP.

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En 2015, Podemos e IU aglutinaron el 30.95% de los votos en Asturias; este 26M, ambos partidos se quedaron en el 17.62% de los votos, con el PSOE como primera fuerza con el 35.25% de los votos (+8.67 puntos). El PP cae al 17.558% (-3.96) mientras que C’s se refuerza pasando del 7.11% de 2015 al 73.98%. VOX también entra en la asamblea con el 6.42% de los apoyos:

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En Cantabria, el partido de Miguel Angel Revilla volvió a ganar las elecciones, con un refuerzo de 7.74 puntos respecto a 2015. El PSOE, por su parte, se quedó en el 17.06%, con uno de los menores crecimientos de los registrados en las elecciones autonómicas de este domingo. El PP, por su parte, aguanta como segunda fuerza con el 24.05% de los apoyos, aunque se deja en el camino 8.56 puntos. UP se hunde al 3.12% de la representación, por detrás de C’s (8%) y VOX (5.05%).

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El PSOE ganó las elecciones en La Rioja, con un 38.7% de los votos (+12 puntos respecto a 2015), +5.7 puntos más que el PP, que cae al 33.07% de los votos (-5.42 puntos). C’s logra un resultado parecido al de 2015 (10.51%) y UP pasa del 11.22% al 6.63%.

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El PSOE ganó por la mínima en Murcia (32.43% frente al 32.36% del PP), aunque todo apunta a que los populares lograrán conservar el gobierno regional gracias al apoyo de C’s (12%) y de VOX (9.46%). UP cae del 13.15% al 5.55%  (-7.6 puntos, que se parece a los 8.47 puntos que gana el PSOE en cuatro años)

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Como hemos apuntado desde hace semanas, buena parte de la atención política de la noche electoral se iba a centrar en la capacidad del PP de conservar el gobierno de la Comunidad de Madrid, la joya de la corona del poder del PP desde los tiempos de José María Aznar. A pesar de una candidata como Isabel Díaz Ayuso, Génova pudo finalmente celebrar algo la noche del domingo: El PSOE logra ser primera fuerza, como apuntaban todos los sondeos sobre estimación de voto, pero Angel Gabilondo no logrará ser presidente regional.

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Hay dos motivos, uno evidente y otro menos. El más evidente, el daño que ha hecho la pelea intestina en Podemos, que se queda como sexta fuerza en la Asamblea con el 8.86% de los votos, con un vaparalo evidente respecto a la candidatura que encabezaba Iñigo Errejón (14.65%), que no tardó en disparar indirectamente a las decisiones adoptadas en la formación morada ante su marcha. Entre ambos partidos suman el 20.21% de la representación, -2.5 puntos respecto a la suma obtenida por Podemos e IU en Madrid hace cuatro años.

El segundo motivo al que nos referíamos tiene que ver con la incapacidad del PSOE de absorber voto crítico de la galaxia Podemos a pesar de la guerra abierta que se mantiene desde Vistalegre II y que se recrudeció la jornada de reflexión, con peticiones nada disimuladas de voto contra la lista de Manuela Carmena en el consistorio madrileño y la misma noche electoral, con mensajes cruzados entre Iñigo Errejón y Juan Carlos Monedero.

En la práctica, el PP maquilla un resultado malo (22.21%, -10.89 puntos) que a gloria por haber evitado el sorpasso de C’s en la CAM (19.42%, +7.28 puntos respecto a 2015) y con un VOX en el 8.86%, a la espera de conocer sus exigencias para apoyar la reedición del gobierno del PP en Madrid.

En Extremadura, Guillermo Fernández Vara rubrica una mayoría absoluta con el 46.73% de los votos (+5.23 pyuntos), en una de las CCAA en las que el PSOE avanza menos, en buena medida porque se limita el desplome de UP. La formación morada logró el 7.18% de los votos frente al 7.99% de hace cuatro años, con C’s escalando al 11.11% (+6.72). El PP, por su parte, se deja prácticamente 10 puntos en representación, con VOX fuera de la Asamblea.

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El parlamento de Baleares es uno de los más fragmentados tradicionalmente. El 26M no fue una excepción: Con el 27.29% de los votos, el PSOE ganó las elecciones con un avance de 8.35 puntos, que se sustenta en la caída de Podemos, que pasa al 9.71% (-4.98 puntos). C’s logró el 9.88% de los apoyos y VOX el 8.125, con el PP en el 22.21% (-6.29 puntos).

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Por último, el PSOE quedó como primera fuerza en Canarias con el 28.86% de los apoyos (+9 puntos), con CC en el 21.8% (+3.61 puntos). El PP se deja 3.5 puntos y UP otros 5.77 puntos, con C’s escalando al 7.38%.

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Manuela Carmena pierde Madrid 

Según avanzó el escrutinio se confirmó el peor escenario que apuntaban los sondeos: Más Madrid sería primera fuerza política pero no lograba aguantar la mayoría absoluta, por lo que el PP está en disposición de recuperar el consistorio madrileño, símbolo del cambio con la rúbrica de Podemos en 2015 y centro de la batalla campal de la batalla interna de la formación morada.

Con el 68.21% de participación, Más Madrid lograba el 30.94% de los apoyos (-0.9 puntos respecto a las anteriores elecciones) y 19 ediles, uno menos que anteriormente. El PSOE, por su parte, cae también y queda como cuarta fuerza al 13.74% de los votos (-1.57 puntos) y 8 concejales, uno menos que en 2015.

Este escenario deja la puerta abierta a la recuperación del consistorio de Madrid por parte del candidato del PP, a pesar del hundimiento de sus opciones (-10.35 puntos), de la que se aprovechan C’s (+7.69 puntos) y VOX, que ntra con un 7.63% y 4 concejales fundamentales para cambiar el signo político del consistorio.

La alcaldesa en funciones anunció, la misma noche electoral, que abandonará la primera línea de la política en cuanto haya nuevo alcalde en Madrid.

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Al igual que ocurre con el futuro gobierno de la CAM, buena parte de la atención de este domingo se centrará en lo que ocurrirá en el Ayuntamiento de Madrid, con mayoría ajustada de la lista que encabeza Manuela Carmena, que necesitaría del PSM para volver a reeditar el gobierno municipal. De acuerdo con los datos de los sondeos publicados, la lista de Más Madrid gana la batalla particular emprendida con la formación política Madrid en Pie Municipalista, que no llegaría al umbral del 5%; la formación está sufriendo, estos días, las consecuencias del llamamiento al voto útil para evitar que el Ayuntamiento de Madrid vuelva a estar en manos del centroderecha, dejando aparcadas las diferencias que estallaron en el seno de Ahora Madrid en el consistorio durante estos años.

Manuela Carmena, que vuelve a protagonizar una campaña muy personalista, centrada en su esfera más humana, y muy activa en redes, gracias también al trabajo de personalidades de todos los ámbitos, también se postula como candidata preferente de buena parte de los votantes que el 28 de abril dieron su confianza al PSOE, confirmándose, así, la debilidad de la candidatura con la que el PSM se presenta a estos comicios. Como ya hemos apuntado en otros momentos, este ciclo electoral estaría confirmando que Ferraz tiene un problema con los ayuntamientos de las ciudades más pobladas, en las que las candidaturas ciudadanas antes vinculadas a Podemos todavía se muestran como competidores directos preferidos entre el electorado progresista.

Con un 32.4% de media, Más Madrid sería la primera fueraz política en la capital, con un resultado muy parecido al conseguido por Ahora Madrid en 2015. Es decir, cuatro años de gestión al frente del Ayuntamiento, y a pesar de las críticas diarias a las decisiones adoptadas en movilidad o en urbanismo, no habrían pasado factura a Carmena. Tampoco las zonas grises de su mandato, como la aprobación, en el tiempo de descuento, del Plan Chamartín. Todo dependería, pues, de la capacidad de la lista de MM de atraer al votante que estaría dispuesto a dar su confianza a la lista que encabeza Carlos Malo y a las opciones de minar algo más del suelo electoral del PSM.

Los socialistas, que hace un mes lograron un 27.04% de apoyo en Madrid capital, hoy se quedaría en el 17.15% de media (-10 puntos), y ello teniendo en cuenta el sesgo que atribuye la estimación del CIS y Nc-Report (18.4%) o Metroscopia (19.7%), datos que contrastan con las estimaciones de los sondeos realizados con trabajos de campo más recientes. La candidatura de Pepu Hernández está completamente desdibujada en esta campaña, en buena medida por la potencia de los actos que lidera Carmena, como el que el fin de semana congregó a 5000 personas en el mitin central de campaña. En cualquier caso, entre ambos sumarían el 49.55% del voto, lo que ya da pistas sobre los nervios y el miedo a cometer errores en este último tramo de la campaña electoral.

De acuerdo con los trackings publicados, la victoria de Carmena se dirimirá por la mínima, como le ocurrió en 2015 a Esperanza Aguirre. La evidencia no esconde la debilidad del PP, que también se desangra en un feudo histórico: con un 21.98% de media, se deja 12.62 puntos respecto a hace cuatro años, aunque se postula como principal partido de la oposición a Más Madrid. El promedio indica que ha ganado 1 punto respecto al 20.93% obtenido por el PP en el municipio de Madrid en las elecciones generales, en línea con lo que parece que está ocurriendo en el resto del territorio nacional.

La caída del PP se extrapola a los ascensos de C’s y de VOX. La formación naranja lograría el 16.86% de media, una estimación que finalmente le permitirá aparecer como tercera fuerza en la capital madrileña si el PSM pierde fuelle estos días. A pesar de la potencia de la candidatura de Begoña Villacís, el partido se deja 3.05 puntos respecto a las elecciones generales, aunque gana 5.46 puntos respecto a su último resultado en las urnas, en 2015. No obstante, el resultado sabe a poco si tenemos en cuenta que, hace apenas un año, había sondeos que situaban al partido como la primera fuerza en Madrid, un escenario ya abandonado al calor de la moción de censura.

Por último, hay que hablar de VOX y del 7.2% de media que lograría en Madrid de acuerdo a todos los datos publicados; la formación de ultraderecha, que lidera en Madrid Ortega Smith, cae 5.54 puntos respecto al 12.74% conseguido hace apenas un mes, conun 31.4% que manifiesta que el 26M votará por el PP y un 14.3% a C’s, según datos del IMOP. En cualquier caso, su avance y el de C’s suman 12.66 puntos, es decir, prácticamente lo que pierde el PP en comparación con las elecciones de 2015.

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Este domingo, buena parte de la atención del país estará puesta en la capacidad de Génova para conservar el gobierno de la Comunidad de Madrid, una de las señas de identidad de los populares desde los tiempos de José María Aznar. Los sondeos sobre estimación de voto publicados apuntan a dos escenarios que podrían confluir la misma noche electoral: Una victoria del PSM, por primera vez desde las elecciones de 1987 (aunque gobernara en coalición hasta 1995), que podría quedarse sin gobierno por un acuerdo a la andaluza entre PP, C’s y VOX.

Todos los datos apuntan a una pérdida de poder paulatina por parte del PP, en esta ocasión también potenciado por la elección personal de Isabel Díaz Ayuso como cabeza de lista por parte de Pablo Casado. Basta seguir sus declaraciones diarias o su intervención en el debate absolutamente infumable celebrado el pasado domingo en Telemadrid para darse cuenta de la debililidad de una candidata en una de los territorios insignias del PP. Ironías de la política, Díaz Ayuso podría terminar convirtiéndose en presidenta de la CAM con el acuerdo de VOX y C’s, que se aleja del sorpasso que se dio en los resultados de las elecciones generales en la CAM.

La lista que encabeza Angel Gabilondo, que no ganó ni un solo voto en el mencionado debate, se movería en torno al 27.57% de media, un resultado prácticamente idéntico al 27.28% que obtuvo el PSOE en la CAM el pasado 28 de abril. Sería, pues, primera fuerza, tras ganar 2 puntos respecto a las elecciones de hace cuatro años, confirmándose como la opción favorita del centroizquierda en Madrid en contraste con la posición de su homólogo en el Ayuntamiento de Madrid. Todo ello a la espera de que la división en Podemos no le termine pasando factura.

Con un 11.5%, la candidatura que encabeza Iñigo Errejón gana la partida personal a la lista de Podemos, liderada por Isabel Serra, que se quedaría con el 9.5% del electorado. Entre ambos sumarían el 21% de los votos, un porcentaje que de voto que supone 2.4 puntos más que en las elecciones de 2015 y que, de haber ido juntos, les habría situado como segunda opción, por delante del PP. En este punto, conviene tener en cuenta el efecto distorsionador de la estimación de voto de 40dbES, que atribuye a Más Madrid el 18,8% y que las candidaturas, por separado, sumarían 4.76 puntos más respecto al resultado de UP en las elecciones generales (16.24%).

En el centroderecha, el PP se desangra respecto a sus resultados de 2015. Obtendría el 21.36% de los votos (-11.7 puntos), un resultado que le permitiría seguir siendo el principal partido de la oposición al PSM. Los populares recuperan 2.72 puntos en la región respecto al dato conseguido por Pablo Casado hace un mes, a la espera de que los últimos escaños arrojen una mayoría suficiente para intentar un pacto a la andaluza. En cualquier caso, el PP de Madrid afronta come reto futuro reivindicarse como fuerza alternativa al PSM, es decir, el lugar que C’s lleva intentando ocupar durante toda la campaña electoral y que se evidenció en el debate de Telemadrid al que nos hemos referido anteriormente.

Conviene recordar que, en los comicios del 28A, C’s fue segunda fuerza en la CAM con el 20.93%; en estas elecciones, la previsión es que la lista que encabeza Ignacio Aguado caiga al 18.2%, por lo que el PP seguiría siendo la principal fuerza de oposición si a Angel Gabilondo le dieran los números para ser el próximo presidente regional. En cualquier caso, se confirma la OPA hostil de C’s respecto al PP, ya que absorbe una parte de su voto perdido (6 puntos).

VOX, por último, atrae el resto del voto perdido por el PP en esta legislatura. Con un 8.6% de estimación de voto, la formación de ultraderecha cae 5.26 puntos en comparación con el resultado obtenido en las elecciones generales, lo que confirmaría un pinchazo en sus expectativas electorales en una de las CCAA llamadas a ser puntas de lanza de sus planteamienots. De acuerdo con los datos de IMOP para El confidencial, el 31.9% de sus votantes del 28A hoy optaría por el PP y un 12.5% por C’s.

CODA. Por si alguien tiene interés y fuerzas, dejamos enlace con el debate de Telemadrid que congregó a los cabezas de lista de todos los partidos, excepto Iñigo Errejón, cuya presencia no autorizó la Junta electoral por presentarse con unas siglas nuevas, Más Madrid.

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A diferencia de la campaña de las elecciones generales, los comicios que se celebran este domingo 26M permiten la dispersión de los equipos creativos y de campaña, conscientes de que buena parte del buen o mal resultado depende de la persona que encabeza la lista de cada formación y de su cartel electoral. Por ese motivo, nos centramos en esta ocasión en analizar algunos de los carteles electorales que más nos han llamado la atención, en general en sentido positivo, por los mensajes y potencia de las candidaturas que defienden.

El caso más evidente, en esta campaña, lo constituye todo lo que rodea a la cabeza de lista de C’s para el Ayuntamiento de Madrid, Begoña Villacís, en avanzado estado de gestación de su tercera hija, que nació el pasado viernes. En esta ocasión, la situación personal de la candidata no se ha escondido ni minimizado en los carteles electorales. Al revés: Se prefirió destacar la imagen de una Villacís muy embarazada tanto en el cartel oficial (de tres cuartos) como en una versión más reducida, que acaba justo cuando termina la tripa de la candidata.

C’s da la campanada en esta campaña electoral con un cartel que sitúa en el centro de una mujer en avanzado estado de gestación, algo a lo que casi ningún partido se ha atrevido anteriormente. En las hemerotecas se pueden rescatar las imágenes de Carme Chacón desfilando como ministra de Defensa embarazada, así como las críticas que entonces suscitó aquel gesto. En este caso, apenas ha habido críticas negativas ante la estrategia de C’s, que conjuga en una imagen la potencia de Villacís como candidata (hasta hace un año se la situaba como la preferida para gobernar en el Ayuntamiento de Madrid) y el mensaje de esperanza en el futuro que se asume ante la llegada de una nueva vida. Estas ideas quedan además reforzadas por la propia actitud elegida en el cartel, que no tiene mucho que ver con la imagen Irene Montero, también embarazada, en algunos carteles de candidatos municipales de Unidas Podemos.

En esta ocasión, Villacís aparece muy favorecida, vestida de blanco (denota pureza) y de una chaqueta azul pastel que se abre justo en la pronunciación de su barriga. Ella aparece muy natural, mirando a la cámara sonriente y levantándose la manga izquierda de la chaqueta, lo que traslada una idea de naturalidad y de prácticamente haberse visto sorprendida por el fotógrafo. El maquillaje y el peinado, perfectamente colocado, evidencian que la protagonista estaba preparada para ser inmortalizada, pero el resultado final traslada cierta idea de improvisación, como la que le habría llevado a tener que suspender su campaña electoral por el parto de su tercera hija.

La candidata de C’s se sitúa sobre un fondo gris azulado, a la derecha, dejando en la parte izquierda espacio para el lema de la formación en estos comicios («¡Vamos! Madrid. Ha llegado el momento»), que es una reedición del lema con el que la formación se presentó a los comicios generales. Debajo, en la esquina izquierda, ya aparece el logo de la formación, con el tono característico naranja que se traslada también al lema de la campaña electoral (al revés que en lo relativo al logo, que se dibuja con el color naranja, en el caso del lema destacan las letras blancas sobre el fondo del color corporativo de la formación).

C’s también protagoniza en esta campaña uno de los peores carteles electorales que hemos podido visualizar. Se trata de la imagen con la que presenta a un número 1 al Parlamento Europeo, que parece un trabajo realizado por un aficionado.Luis Garicano aparece en el centro de un rectángulo dividido en dos partes simétricas: una de color naranja y otra azul, con el color corporativo de la UE.

Rodeándole, casi flotando, los candidatos que le acompañan en los primeros puestos de la lista, con mención especial a los dirigentes de PSOE (Soraya Rodríguez), UPyD (Maite Pagazaurtundua) y PP (José Ramón Bauzá) que C’s ha ido reclutando para estos comicios, en un ejercicio de transfuguismo muy poco disimulado.

En esta ocasión vemos, de nuevo, cómo el partido recupera el lema con el que C’s se ha presentado a los comicios «¡Vamos! Europa», con el cambio del nivel institucional para el que reclama en voto en esta ocasión. No hay más menciones a que ha llegado el momento, seguramente porque se prefiere proyectar la idea de un equipo sólido, en torno a Garicano, que mira al ciudadano desde diferentes posiciones (de derecha a izquierda, en el caso de Rodríguez, Javier Nart o Jordi Cañas) o de izquierda a derecha (Pagazaurtundúa o Susana Solís), con Bauzá en un significativo centro.

Resaltamos también el cartel de campaña con el que el PSOE se presenta a las elecciones al PE, un trabajo que conecta también con el leit motiv elegido por los socialistas para pedir el voto en las generales («La España que quieres«) y con una imagen que se parece también a la de Pedro Sánchez. En esta ocasión, el protagonista es Josep Borrell, que es situado en el centro de un cartel sobre un fondo blanco crudo que se va oscureciendo si el ojo se traslada a la izquierda.

Borrell mira de frente al votante y esboza una suerte de sonrisa de complicidad, mientras en la mitad de la imagen volvemos a ver la marca de la cartelería de esta última etapa de los socialistas: Sobre un fondo rojo se sitúa el lema con el que se demanda el voto: «La Europa que quieres», en letras blancas, que se ven acompañadas por el corazón que se ha convertido en marca de la casa en este ciclo electoral. Debajo, las siglas del partido, que no se esconden («Vota PSOE»).

En esta ocasión, y a diferencia del cartel de Sánchez, se prescinde del blanco y negro de la figura del candidato, que vuelve a vestir con traje y corbata,  y se obvia el lema con el que el PSOE fue a las elecciones generales («Haz que pase»), optando preferentemente por el relato que acompañó esa campaña, que se transforma en lema en esta ocasión.

Abordamos también un cartel difundido desde las filas del PP en estas elecciones municipales. Nos referimos al cabeza de lista del partido por San Sebastián, que sorprende con un cartel que no tiene mucho que ver con el del resto de candidatos del partido, que vuelven a optar por una imagen más tradicional. En esta ocasión, la tradición se queda en el color azul corportativo elegido para resaltar el mensaje con el que Semper pide el voto para su partido, con un lema en el que se prescinde totalmente de la marca del PP, absolutamente achicharrada en estos momentos.

En su lugar, la atención se pone en el municipio para el que se pide el voto (San Sebastián) y en el candidato, con un primer plano en blanco y negro, sobre un fondo blanco, en el que se percibe que no lleva chaqueta y corbata y en el que aparece con una imagen descuidada adrede. Lo certifica su barba de pocos días y el pelo algo descolocado.

Asimismo, se sitúa su nombre en la esquina izquierda inferior, en un tamaño reducido para acompañar su lema: En las elecciones municipales, lo que importa es el futuro del municipio y los asuntos del día a día y no los candidatos o la política en mayúsculas, que, en teoría, se dirime en otras elecciones.

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