La noche electoral cumplió con las expectativas: La apertura de las urnas confirmó la recuperación del PSOE, que, un mes después de las elecciones generales, afianza liderazgo y mayorías absolutas en Extremadura y Castilla-La Mancha al tiempo que se convierte en partido de referencia en los graneros de votos tradicionales del PP. La euforia socialista fue tal que incluso el presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, salió a valorar los resultados provisionales a pesar de que las informaciones sobre Madrid comenzaban a dar oxígeno al PP.
Tal y como apuntaron la mayoría de sondeos sobre estimación de voto, el PP logra conservar la Comunidad de Madrid y recupera el Ayuntamiento de la capital, en buena medida gracias a la división de la galaxia Podemos, que sólo aguantó con holgura en Cádiz y que sobrevivió en Barcelona y Valencia. Los datos del resto del territorio español certifican un hundimiento en lo que parece la antesala de su desintegración a juzgar por los mensajes lanzados por los diferentes actores protagonistas. Madrid, por lo tanto, permitirá a Pablo Casado aguantar al frente del PP a la espera de que cristalice un pacto a la andaluza con C’s y VOX, que pinchan en sus previsiones.
Los grandes titulares de la noche se mueven en estas líneas argumentales. La letra pequeña indica que, cinco años después de la irrupción de Podemos en la política nacional, con el salto posterior de C’s, las fuerzas centrales del sistema de partido español tienen una base preparada para la recuperación del espacio perdido. La evolución es clara respecto al PSOE, que crece gracias a la debilidad de su competidor ideológico, que ha asumido unos malos resultados sin paliativos y que transita, ahora, desde la exigencia de un gobierno central de coalición a ofrecerse como ayuda a un hipotético gobierno del PSOE.
Los buenos resultados del PSOE permiten disimular problemas a los que ya nos hemos referido en otras ocasiones: Desde un techo electoral, situado entre los 1 y los 7,5 millones de votos, a la evidencia de que el PSOE todavía es fuerte en competiciones autonómicas pero no en municipales. Los candidatos socialistas no son referencia en las grandes ciudades (salvo Sevilla y Zaragoza) y, aunque logra absorber parte del voto crítico descontenta con lo ocurrido en Podemos, no parece haber una construcción de una alternativa a medio plazo. Este escenario ata a los respectivos candidatos socialistas a la situación interna de Podemos, algo que ha quedado meridianamente claro en territorios como la Comunidad de Madrid, Asturias o Aragón.
Como señalamos en su momento en lo referido al PSOE, no es fácil enfrentar a un partido con esa tradición y, sobre todo, con un control del territorio basado en un trabajo de décadas. Eso explica por qué PP y PSOE logran salvar los muebles incluso en el momento de mayor debilidad de sus siglas. Hace cuatro años le ocurrió al PSOE y este domingo le sucedió al PP, un partido que puede respirar aliviado: A pesar del planteamiento de campaña y que este 26M acaba con malos resultados, Génova puede centrar su mensaje es que sigue siendo la principal referencia conservadora del país, con un C’s que apenas amenaza el reinado de los populares.
Aunque la formación naranja jugó a situarse como el principal partido de oposición al PSOE, no se ha planteado, ni por asomo, una posibilidad de sorpasso como en las elecciones generales en términos globales; tampoco en zonas emblemáticas como Madrid. Estos resultados, por lo tanto, le resitúan como actor a la espera de las decisiones que adopte el PP, al menos mientras se mantenga el cordón sanitario al PSOE, una estrategia que Génova no debería dar por segura con la resaca postelectoral. Sánchez pidió el domingo por la noche a C’s que levantara el cordón sanitario a su partido, lo que tendría consecuencias directas en la negociación de los gobiernos de CCAA y ayuntamientos, pero también con efecto directo en la composición del Gobierno central.
El PSOE gana con contundencia las elecciones europeas
En la renovación del Parlamento Europeo, C’s aglutinó 2,7 millones de votos y 7 escaños (cinco más que en 2014) frente a los 4,5 que dieron su confianza al PP, que pasa de 16 a 12 eurodiputados. El vencedor de la noche, no obstante, fue el PSOE, que ganó en todas las CCAA excepto en Cataluña, Navarra y Euskadi. Los socialistas lograron la confianza de 7,3 millones de españoles (121.000 menos que en las elecciones generales) y 20 escaños, seis más de los obtenidos hace cinco años. Un resultado que ha provocado que este lunes Pedro Sánchez viajara a París, donde se entrevistará con el primer ministro galo, Emmanuel Macron, con el que abordará, casi con total seguridad, la presencia española en puestos clave de la UE.

Con una participación del 64.30% (+18.47 puntos respecto a 2014), completan el cuadro los resultados de Unidas Podemos, en la institución en la que hacen cinco años dieron la campanada. Hoy, el partido logra 2,2 millones de votos y seis diputados, uno más de los cinco conseguidos por la formación morada en solitario. En 2014, Podemos e IU sumaron casi el 18% de los votos y 11 escaños en el PE, un dato que debería hacer reflexionar a todos sobre lo ocurrido en este lustro, con el consabido refuerzo del PSOE, que suma 3,7 millones de votos.

La otra incógnita de la noche era VOX y su capacidad por imitar a Podemos en cuanto a la ventana de oportunidad que suponen las elecciones al PE por la elección en circunscripción única. Los datos fueron concluyentes: Logra casi 1,4 millones de votos, el 6,2% de la representación, y se queda con tres escaños, los mismos que consiguen Ahora Repúblicas y solo uno más del que logra la lista que encabeza Carles Puigdemont en la Eurocámara
El PSOE vence pero no conquista Madrid
El PSOE quedó como primera fuerza en todas las CCAA en las que se han celebrado elecciones autonómicas este domingo, a excepción de Cantabria y Navarra. En todas se constata un retroceso histórico del PP que, como hace un mes, vuelve a sufrir la fuga de votos hacia C’s y VOX, una fuga de votos que hay que enmarcar en la debilidad orgánica que ambos partidos demuestran fuera de las grandes capitales. La única alegría del PP, durante la noche electoral, pasó por Madrid, convertido en el termómetro llamado a decidir la duración del liderazgo de Pablo Casado. Los datos registrados en la CAM y en la capital le permiten ganar tiempo, a la espera de que se confirme un pacto a la andaluza que sirve como victoria en la recuperación del consistorio madrileño.
Tras unos resultados presentables en las elecciones generales, las urnas certificaron la situación en caída libre en la que queda la galaxia Podemos, tras años de peleas internas retransmitidas en público que ha llevado a presentar listas por separado en casi todos los territorios. La principal consecuencia la arrojan los números: La marca Podemos queda fuera de los parlamentos de Cantabria y Castilla La Mancha; pierde peso en todas las CCAA, con especial mención a Castilla y León (de 7 a 1), Canarias (de 7 a 3 diputados), Baleares (de 10 a 6) Asturias (de 9 a 4), de Aragón (de 14 a 5) o Murcia (de 6 a 2). Se deja la mitad del electorado en La Rioja (de 4 a 2), pierde en Extremadura (de 6 a 4) y Navara (de 7 a 2).
Los datos, desglosados, son demoledores y vuelven a hablar de un trasvase de votos entre bloques ideológicos, con la absorción, por parte del PSOE, de parte del voto crítico vinculado a las distintas familias que componen el universo Podemos, cuya supervivencia política pasa hoy por ser fundamental en la negociación de la composición del Gobierno central. Lo mismo sucede en el PP, que en el cómputo de las elecciones municipales se queda en los 5,058 millones de votos, 958.000 menos votantes que hace cuatro años.
En Aragón, el PSOE fue primera opción con el 30.81% de los votos (+9.4 puntos), con desplome incluido de Podemos, que pasa del 20.51% a un 11.41% (con suma de las dos candidaturas desglosadas). El PP se deja prácticamente 7 puntos, que es prácticamente lo que gana C’s ( +7.29) respecto a 2015. Con todo por negociar de cara al futuro gobierno autonómico:
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Las Cortes de Castilla-La Mancha es una de las CCAA en las que Podemos no logra representación este 26M. El PSOE lograía la mayoría absoluta con el 44.4% de los votos (-8.29 puntos en cuatro años), con el PP en el 28.55% (-8.96 puntos). Podemos pasa del 9.73% al 7.02% y C’s se refuerza hasta el 11.38% (+2.74 respecto a 2015).
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El PSOE queda como primera fuerza en Castilla y León, por primera vez desde 1983. Obtiene el 34,84% de los votos (+8.89 puntos), con el PP en el 31.53% (-6.24). UP se desploma al 4.95% y se queda fuera de las Cortes tras perder 7.15 puntos respecto a 2015, mientras que C’s escala al 14.56%. VOX logra representación con el 5.49% de los votos. Todo apunta a un pacto a la andaluza que permitirá al PP aguantar el gobierno regional de uno de los graneros históricos de votos del PP.
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En 2015, Podemos e IU aglutinaron el 30.95% de los votos en Asturias; este 26M, ambos partidos se quedaron en el 17.62% de los votos, con el PSOE como primera fuerza con el 35.25% de los votos (+8.67 puntos). El PP cae al 17.558% (-3.96) mientras que C’s se refuerza pasando del 7.11% de 2015 al 73.98%. VOX también entra en la asamblea con el 6.42% de los apoyos:
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En Cantabria, el partido de Miguel Angel Revilla volvió a ganar las elecciones, con un refuerzo de 7.74 puntos respecto a 2015. El PSOE, por su parte, se quedó en el 17.06%, con uno de los menores crecimientos de los registrados en las elecciones autonómicas de este domingo. El PP, por su parte, aguanta como segunda fuerza con el 24.05% de los apoyos, aunque se deja en el camino 8.56 puntos. UP se hunde al 3.12% de la representación, por detrás de C’s (8%) y VOX (5.05%).
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El PSOE ganó las elecciones en La Rioja, con un 38.7% de los votos (+12 puntos respecto a 2015), +5.7 puntos más que el PP, que cae al 33.07% de los votos (-5.42 puntos). C’s logra un resultado parecido al de 2015 (10.51%) y UP pasa del 11.22% al 6.63%.
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El PSOE ganó por la mínima en Murcia (32.43% frente al 32.36% del PP), aunque todo apunta a que los populares lograrán conservar el gobierno regional gracias al apoyo de C’s (12%) y de VOX (9.46%). UP cae del 13.15% al 5.55% (-7.6 puntos, que se parece a los 8.47 puntos que gana el PSOE en cuatro años)
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Como hemos apuntado desde hace semanas, buena parte de la atención política de la noche electoral se iba a centrar en la capacidad del PP de conservar el gobierno de la Comunidad de Madrid, la joya de la corona del poder del PP desde los tiempos de José María Aznar. A pesar de una candidata como Isabel Díaz Ayuso, Génova pudo finalmente celebrar algo la noche del domingo: El PSOE logra ser primera fuerza, como apuntaban todos los sondeos sobre estimación de voto, pero Angel Gabilondo no logrará ser presidente regional.
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Hay dos motivos, uno evidente y otro menos. El más evidente, el daño que ha hecho la pelea intestina en Podemos, que se queda como sexta fuerza en la Asamblea con el 8.86% de los votos, con un vaparalo evidente respecto a la candidatura que encabezaba Iñigo Errejón (14.65%), que no tardó en disparar indirectamente a las decisiones adoptadas en la formación morada ante su marcha. Entre ambos partidos suman el 20.21% de la representación, -2.5 puntos respecto a la suma obtenida por Podemos e IU en Madrid hace cuatro años.
El segundo motivo al que nos referíamos tiene que ver con la incapacidad del PSOE de absorber voto crítico de la galaxia Podemos a pesar de la guerra abierta que se mantiene desde Vistalegre II y que se recrudeció la jornada de reflexión, con peticiones nada disimuladas de voto contra la lista de Manuela Carmena en el consistorio madrileño y la misma noche electoral, con mensajes cruzados entre Iñigo Errejón y Juan Carlos Monedero.
En la práctica, el PP maquilla un resultado malo (22.21%, -10.89 puntos) que a gloria por haber evitado el sorpasso de C’s en la CAM (19.42%, +7.28 puntos respecto a 2015) y con un VOX en el 8.86%, a la espera de conocer sus exigencias para apoyar la reedición del gobierno del PP en Madrid.
En Extremadura, Guillermo Fernández Vara rubrica una mayoría absoluta con el 46.73% de los votos (+5.23 pyuntos), en una de las CCAA en las que el PSOE avanza menos, en buena medida porque se limita el desplome de UP. La formación morada logró el 7.18% de los votos frente al 7.99% de hace cuatro años, con C’s escalando al 11.11% (+6.72). El PP, por su parte, se deja prácticamente 10 puntos en representación, con VOX fuera de la Asamblea.
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El parlamento de Baleares es uno de los más fragmentados tradicionalmente. El 26M no fue una excepción: Con el 27.29% de los votos, el PSOE ganó las elecciones con un avance de 8.35 puntos, que se sustenta en la caída de Podemos, que pasa al 9.71% (-4.98 puntos). C’s logró el 9.88% de los apoyos y VOX el 8.125, con el PP en el 22.21% (-6.29 puntos).
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Por último, el PSOE quedó como primera fuerza en Canarias con el 28.86% de los apoyos (+9 puntos), con CC en el 21.8% (+3.61 puntos). El PP se deja 3.5 puntos y UP otros 5.77 puntos, con C’s escalando al 7.38%.
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Manuela Carmena pierde Madrid
Según avanzó el escrutinio se confirmó el peor escenario que apuntaban los sondeos: Más Madrid sería primera fuerza política pero no lograba aguantar la mayoría absoluta, por lo que el PP está en disposición de recuperar el consistorio madrileño, símbolo del cambio con la rúbrica de Podemos en 2015 y centro de la batalla campal de la batalla interna de la formación morada.

Con el 68.21% de participación, Más Madrid lograba el 30.94% de los apoyos (-0.9 puntos respecto a las anteriores elecciones) y 19 ediles, uno menos que anteriormente. El PSOE, por su parte, cae también y queda como cuarta fuerza al 13.74% de los votos (-1.57 puntos) y 8 concejales, uno menos que en 2015.
Este escenario deja la puerta abierta a la recuperación del consistorio de Madrid por parte del candidato del PP, a pesar del hundimiento de sus opciones (-10.35 puntos), de la que se aprovechan C’s (+7.69 puntos) y VOX, que ntra con un 7.63% y 4 concejales fundamentales para cambiar el signo político del consistorio.
La alcaldesa en funciones anunció, la misma noche electoral, que abandonará la primera línea de la política en cuanto haya nuevo alcalde en Madrid.