La repetición electoral no corrige el bloqueo político

Los sondeos publicados a lo largo del mes constatan la tendencia: La repetición de las elecciones reforzarán las posiciones de salida de PSOE y PP en las grandes cifras pero no permitiría el desbloqueo de la situación política. De acuerdo con la tendencia dibujada estos meses, la fragmentación política que arrojaron las elecciones generales de 2015 no quedaría revertida en una nueva convocatoria electoral, aunque sí refuerzan las posiciones de las formaciones tradicionales del sistema político español y permiten derivadas diferentes a las de la negociación actual.

Con un supuesto de participación del 66% (Celeste-Tel), claramente inferior al registrado el pasado 28 de abril, el PSOE volvería a ser la primera fuerza política del país con un promedio del 31.0% de los votos, -3.45 puntos respecto a la estimación realizada con los sondeos del mes de agosto. Las cuartas elecciones generales en cuatro años no arrojarían una mayoría abrumadora a los socialistas, que pasarían de los 123 diputados actuales a una horquilla entre 125 (DYM) y 139 (Sociométrica), pero sí le permitiría explorar vías de negociación nuevas con un objetivo: Argumentar su fortaleza respecto al segundo (+11.6 puntos sacaría al PP) y evitar una posible dependencia de los partidos nacionalistas periféricos, especialmente inquietos estos días ante la inminente publicación de la sentencia del TS sobre los políticos del Procés encarcelados.

En este contexto, al que se suman las señales del enfriamiento de la economía alemana, toda la atención estaría puesta en C’s, formación a la que los socialistas no dejan de cortejar a pesar del grito «con Rivera no» con el que las bases sociales recibieron a Sánchez la misma noche electoral. De acuerdo con los datos demoscópicos, la repetición electoral supondría un debilitamiento de las opciones de la formación naranja, que caería al 13.2% de estimación de voto  (-2.66 puntos en comparación con el 28A y -0.6 puntos respecto al mes de agosto) y competiría con Unidas Podemos por ser la tercera fuerza parlamentaria en el caso de ir a unas elecciones con su propia marca.

De acuerdo con la simulación realizada por Sociométrica, el partido se quedaría en el 14% de representación y 41 diputados si finalmente triunfara la propuesta de Génova de aglutinar al PP y VOX bajo unas mismas siglas (España Suma). En el caso de que C’s también aceptara esa fórmula electoral, la propuesta obtendría el 32,1% de los votos y 131 diputados frente al 36,2% que recalaría en el PSOE, que pasaría a tener 142 diputados. Es decir, ocho años después de la cristalización del 15M, el sistema político español habría revertido, en buena medida, los efectos de la fragmentación política que ya se comenzó a dibujar en las elecciones generales de 2011 y que finalmente se instauró en las de 2015.

Por el momento, Rivera se ha mostrado reacio a la propuesta electoral a pesar de los mensajes diarios en esa dirección que lanzan los portavoces del PP. En cualquier caso, y según datos del Instituto DYM, los votantes de C’s son los que se posicionan más en contra de la propuesta que, en cambio, es bien vista por los electores de VOX (a diferencia de sus líderes, que consideran una estrategia de Génova para expulsarles del mapa político y que sólo aceptarían la propuesta en las provincias menos pobladas). El partido que lidera Santiago Abascal se movería en torno al 9,1% de media, un dato que hay que leer teniendo en cuenta las oscilaciones en las estimaciones de voto que se registran (del 7,7% de NC-Report al 12,1% que le atribuye Simple Lógica) y los datos de fidelidad de voto que recogen estudios como Celeste-Tel a propósito del 24,4% de sus votantes que volvería al PP.

El PP, por su parte, supera poco a poco el batacazo electoral que supuso el 28A. De acuerdo con los datos publicados en las primeras semanas del arranque del curso político, los populares suben al 19,4% (+0.7 puntos en relación al mes anterior), con una atribución de escaños desde los 75 (DYM) hasta los 87 (NC-Report). Pese a los datos, la debilidad del PP sigue siendo extrema respecto a su principal adversario electoral, como se constata en los datos demoscópicos y también en las valoraciones diarias de los respectivos líderes, con la corrupción como permanente china en el zapato.

Pablo Casado ha decidido compartir protagonismo con una muy eficaz Cayetana Alvarez de Toledo, capaz de movilizar a una base electoral que pide posiciones claras y, a menudo, extremas pero que puede también ahuyentar al votante más moderado. Como muestra, sus declaraciones contra las posiciones del PP vasco en el fin de semana en el que los populares celebraron su convención y los cruces cada vez menos amistosos entre la dirección nacional del PP y Alberto Núñez-Feijoo, que tiene elecciones autonómicas el próximo año en Galicia y que intenta sobrevivir al tsunami que supusieron las elecciones municipales para sus intereses. El barón popular insiste estos días en que el PP facilite la investidura de Pedro Sánchez como presidente del Gobierno para evitar una repetición electoral por sentido de Estado.

El contexto de bloqueo político también afecta negativamente a UP, que caería al 13.8% de media, medio punto menos respecto al 28A, a la espera de que Pablo Iglesias vuelva a hacer el milagro de movilizar a su base electoral. Los contactos entre ambas direcciones han constatado la enorme desconfianza entre dos formaciones políticas que, en algunos momentos, han compartido electorado y que mantienen cuentas pendientes desde hace años. Un lustro después de la emergencia de Podemos, la formación morada constata una pérdida de la inocencia directamente proporcional a los efectos negativos en el liderazgo de Iglesias. Batallas por el relato aparte, la formación política ha ofrecido todo tipo de fórmulas políticas, salvo la requerida por Moncloa: Un cheque en blanco para un gobierno de los socialistas, que insisten en una única fórmula de gobierno como la que tuvo Antonio Costa en Portugal.

Hasta el momento, y si todas las posiciones de mantienen inalteradas de cara al 23 de septiembre, podemos estar en un escenario en el que se responsabilice a UP de la repetición de las elecciones por no aceptar la propuesta del PSOE y, al mismo tiempo, que se considere a Sánchez como el único culpable de volver a acudir a las urnas el 10 de noviembre. En relación a la movilización del electorado de centroizquierda, será fundamental ver cómo ambos equipos manejan estas coordenadas en sus discursos, habida cuenta del desgaste del marco a propósito de la vuelta de la derecha como argumento. 

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Politóloga y periodista en transición
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