Uno de los momentos más interesantes para tomar el pulso de lo que los partidos políticos entienden por comunicación política son las campañas electorales. Es en estos periodos cuando se activa la creatividad de los equipos de los candidatos y partidos con un objetivo: Trasladar la imagen que se quiere dar y, con ello, atraerse el favor del votante, que cada vez se entiende más como un consumidor y no como ciudadano (aunque el concepto ciudadanía sea utilizado con profusión por los líderes en los últimos años).

Un vistazo al trabajo de los equipos de campaña confirman que en España no pasamos por un buen momento en esta materia, y eso a pesar de ver a Esperanza Aguirre en El Hormiguero o a Antonio Miguel Carmona cantando y bailando en Un tiempo nuevo. Estos gestos, que en los candidatos de EEUU quedan naturales, en buena medida por un concepto de la política como show, en España quedan impostados (a pesar de la naturalidad con la que la candidata del PP al Ayuntamiento se mueve en esos entornos) o, simplemente, dan vergüenza ajena.

Otra de las áreas para pulsar la buena salud de la comunicacion política patria es la de los vídeos de precampaña o campaña. Tampoco en este campo podemos destacar grandes logros. He aquí una selección:

Vídeo de precampaña del PSOE: «Tú eres Extremadura». Un formato clásico por parte de un partido que aspira a recuperar el gobierno de una de las CCAA emblemáticas del poder socialista. Enfrente tiene a José Antonio Monago, que ha hecho de los vídeos una de las herramientas más potentes para transmitir la imagen de hombre hecho a sí mismo y cercano a la realidad que pretende transformar:

Ada Colau, cabeza de lista de Barcelona en Comú en Barcelona, que aparece en las encuestas como la dirigente con más posibilidades de acaba con el gobierno de Xavier Trías en el Ayuntamiento de Barcelona, se pone rumbera para transmitir algunaos de los mensajes que la hicieron conocida como la portavoz más recurrente de la PAH:

Héroes ‘populares’ o el intento de reconciliarse con una parte de su base electoral, a la que ha maltratado durante los años de Mariano Rajoy en La Moncloa. Hablamos de las clases medias y medias-altas, objetivo de buena parte de las medidas puestas en marcha por el Gobierno central en forma de recortes sociales o expulsión de las patas del Estado de bienestar, y que, según los sondeos, estarían a favor de probar otros partidos: 

Podemos confirmó hace unos días que su objetivo a batir es el PP y las políticas puestas en marcha. Tras presentar su programa electoral, bastante menos escorado a la izquierda que la propuesta con la que concurrió -y triunfó- en las elecciones europeas, los candidatos de Podemos se presentan ante la sociedad: «No somos una pandilla de amigos». Tienen ante sí superar el obstáculo del anonimato excesivo, lo que les deja en manos del empuje de la marca del partido, tocada por los virajes al centro y por la retirada de la primera fila de sus líderes: 

#DesmontandoaCiudadanos: ejemplo  de campaña negativa.  Durante más de 16 minutos, se insertan imágenes y declaraciones que confirmarían que C’s, en realidad, no es una alternativa al establishment sino una mutación del mismo en tiempos de liquidez ideológica. El vídeo tiene su gracia porque ha significado el primer enfrentamiento directo en redes sociales entre Podemos y C’s por la autoría de un vídeo que el partido de Albert Rivera atribuyó a la ‘conexión venezolana’ vinculada a Podemos. La acusación fue enmendada por www.elespanol.com, el nuevo medio de Pedro J. Ramírez:

ERC se plantea las elecciones municipales como la primera vuelta de las elecciones autonómicas que, si todo marcha según lo previsto, se celebrarán el próximo 27 de septiembre. Ésta es la filosofía del spot puesto en circulación para la campaña de las muincipales: «És l’hora dels alcaldes i alcaldesses del Sí». Importante si se tiene en cuenta que, tras los vaivenes electorales de las últimas semanas, CiU y ERC van a pulsar su poder territorial en las urnas por primera vez desde las autonómicas de noviembre de 2012: