No descubrimos nada nuevo si avanzamos que el principal argumento de la estrategia política del PP durante los próximos meses será pedir que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, convoque elecciones anticipadas. Si se confirman el desastre andaluz y el empuje de VOX en los sondeos sobre intención de voto, el argumento defendido por el líder de los populares, Pablo Casado, y su equipo directo será atronador.
Una vez que Ciudadanos parece estar dispuesto a abandonar al PP en su frente contra el Gobierno, Génova se enfrenta a la posibilidad real de que VOX se sume a la competencia que ya supone la formación naranja y que Santiago Abascal pueda aprovechar el desgaste respecto a las siglas del PP y muerda en un electorado que, hasta el momento, permanecía cautivo.
La política presenta, a veces, ironías difíciles de explicar. La más evidente: Casado tiene ante el espejo a Abascal, un líder político con el que compartió madrina (Esperanza Aguirre) y ante el que ha mostrado su cercanía en numerosas ocasiones por compartir ambos referentes. Uno de los más destacados, José María Aznar.
La segunda ironía la hemos visto estos días con la publicación de los audios de las reuniones de María Dolores de Cospedal y su marido con el comisario Villarejo, hoy conocido como uno de los artífices en las FCSE de lo que se viene denominando las «cloacas del Estado». Casado, que debe su victoria a los compromisarios de Cospedal en la segunda vuelta de las primarias del PP, intenta así equilibrar su relación con la ex secretaria general del PP, que sonaba como cabeza de lista para las elecciones europeas, y con la más que posible difusión de nuevas grabaciones que apuntarían, al menos, a una buena relación del comisario con el PP durante la explosión del ‘caso Bárcenas».
Las evidencias, junto a una labor de oposición muy extraña, con mensajes exagerados dirigidos contra Sánchez, al que Casado llegó a acusar de realizar un golpe de Estado al convertirse en presidente del Gobierno (a través de la fórmula constitucional de la moción de censura), no sorprende que Génova se haya empeñado en defender dos argumentos: Sánchez es un presidente del Gobierno provisional que ha usurpado el poder legítimo y por ese motivo el país debe salir de este estado de excepcionalidad para ir a unas elecciones anticipadas cuanto antes.
Las dos ideas forman parte de los argumentarios diarios del PP. También del vídeo que Génova puso en circulación con motivo de Halloween inspirándose en la película Poltergeist y que acaba con el siguiente mensaje: «Nos gustaría deciros que esto es cosa de Halloween, pero está pasando en España. Elecciones ya». El resultado de la estrategia, que no gozó de demasiada difusión, vuelve a suscitarnos la duda de en manos de quién está en principal partido de la oposición al Gobierno.
La respuesta de Moncloa llegó la noche del jueves con la Abogacía del Estado, dependiente del Ministerio de Justicia, pedirá que se retiren las acusaciones de rebelión contra los dirigentes catalanes encarcelados por la celebración del referéndum del 1 de octubre y por los hechos acontecidos con posterioridad. El gesto, del que se viene hablando desde hace meses como parte de la plataforma de aterrizaje del Procés de la que hemos hablando a menudo en este blog, llega después del acuerdo entre el PSOE y Unidos Podemos para sacar adelante el proyecto de PGE de 2019 y tras la reunión de Pablo Iglesias con Oriol Junqueras en prisión.
Según las informaciones filtradas, se mantendría la petición por los delitos de sedición y de malversación de caudales públicos, por lo que queda por saber, en las próximas semanas, si este gesto desde el Ejecutivo es suficiente o no para un sector del independentismo.