Ya lo vimos en el análisis del barómetro con estimación electoral publicado en el mes de noviembre: La crisis política en España que ha propiciado una fragmentación parlamentaria sin precedentes desde la restauración democrática ha evidenciado un cambio generacional que se percibe también en las preferencias electorales.
Los votantes más jóvenes son los que parecen más dispuestos a que el futuro Congreso se caracterice por la fragmentación y por la presencia de nuevas formaciones políticas. Recordemos que Podemos se presentó en sociedad hace menos de dos años y que C’s, aunque era un partido conocido en Cataluña, dio el salto a la política nacional a comienzos de este año. En cambio, los partidos tradicionales siguen siendo los más apoyados entre los electores más veteranos, sobre todo en el caso del PP: Tal y como vimos, es la primera opción, con mucha diferencia, entre los que tienen más de 65 años y empata con el PSOE en la franja de edad de 55 a 64 años.
Lo mismo se podía decir sobre las mujeres. El sesgo de género aportaba diferencias en torno a la aceptación de las respectivas siglas de los partidos: El PSOE era el partido favorito de las mujeres, con diferencias notables con el sentido del voto de los hombres. Éstos se decantaban claramente por C’s y Podemos y, aunque a corta distancia, también mostraba preferencia en cuanto al voto del PP.
El barómetro preelectoral que conocimos hace unos días confirma estas tendencias, y eso a pesar de la valoración que Albert Rivera obtiene entre las mujeres (casi un aprobado). Sin embargo, a la hora de votar por un partido, éstas parecen decantarse por el voto al PSOE.
Jóvenes vs veteranos: Nuevas y viejas formaciones
El PP es el partido mejor situado en voto directo: 16.2%. Sin embargo, si se analizan con detalle los resultados obtenidos según la variable de edad, vemos que el apoyo a los populares es inferior al 15% en todas las franjas de edad excepto en la de los electores más veteranos, entre los que el apoyo se dispara al 29.1%, +19.2 puntos respecto al voto decidido que registra entre los votantes más jóvenes, grupo en el que enmarcamos a los que votarán por primera vez el próximo 20 de diciembre).
El dato es todavía peor si observamos la simpatía que despiertan las siglas: En este caso, el PP es sólo la primera opción mencionada por los mayores de 65 años (33.7%). Es la segunda opción entre los que tienen 55-64 años y la tercera entre los que tienen 45-54 años, que prefieren claramente al PSOE y, luego, a C’s.
Vemos, por lo tanto, cómo la crisis política y de representación que cristalizó el 15 de mayo de 2011 en Madrid se ha trasladado claramente a los partidos políticos que tienen más opciones electorales el próximo 20 de diciembre. Tras el castigo que el PSOE recibió en las urnas, vemos que el PSOE comienza a aparecer como opción atractiva en determinados grupos de edad. Esta situación no se repite en el caso del PP, cuya marca está achicharrada para todos los votantes (excepto para los más veteranos).
Los socialistas son segunda opción (después de C’s) en voto directo entre los votantes de de 25 a 44 años y la primera entre los que tienen 55-64 (grupo al que pertenece la generación de jóvenes que votaron a Felipe González en 1982, por cierto). Su principal competidor, tanto en voto directo como en simpatía, lo encontramos en C’s, que es la primera opción entre los menores de 45 años; su apoyo cae entre los que tienen 45-54 años y, sobre todo, entre los votantes más veteranos, entre los que el apoyo a las siglas que lidera Albert Rivera es irrisorio.
Por su parte, Podemos (sin las listas de confluencia) era el partido con menos voto directo de los cuatro en disputa: 6.9% (con los votos de En Marea, Compromís y En Comú Podem este porcentaje sube al 11.8% en voto decidido y al 12% en simpatía). Un cambio importante si se tiene en cuenta que recibía un apoyo del 12.6% en voto decidido este verano o en el 13.6% antes de las elecciones de mayo.
Según la variable edad, Podemos ya no es la primera opción entre los votantes más jóvenes según el voto directo (es la tercera, tras el 11.2% que recibe el PSOE y el 14.2% de C’s) y la simpatía (es tercera, tras el 14.6% de C’s y el 13.5% de PSOE). Tampoco lo es entre los que tienen 25-34 años y 35-44 (entre los que el apoyo cae por debajo del 10%, hasta el 6.9%). Entre los votantes más veteranos, donde nunca tuvo mucho predicamento, el voto decidido a la formación morada cae al 7% (entre lo que tienen 55-64 años) y 2.2% (entre los mayores de 65 años). En simpatía todavía recibe menos en estos grupos de edad: 6.3% por un lado y 1.8%, cifras que se compensan con una mejora relativa enre los menores de 35 años (10.6% y 10.9% respectivamente).
Así, y si comparamos estos resultados con los del barómetro del CIS publicado en agosto de 2014, C’s ha sobrepasado a Podemos como el partido atractivo capaz de atraer el voto de los más jóvenes y ha jugado también su papel como foco atrayente del apoyo que el PSOE comenzaba a recuperar durante el verano de 2014. No hay grandes cambios en relación a los votantes de más edad, que seguían y siguen apoyando a los partidos tradicionales claramente.
Las mujeres se decantan por el PSOE
Estamos viendo una de las campañas más masculinizadas de los últimos tiempos. Ninguna mujer figura como candidata de primera línea para disputar un puesto relevante en el futuro del país y, salvo la violencia de género y las menciones sucintas a la brecha salarial en función del género, los temas femeninos apenas ocupan espacio en los mensajes de los distintos partidos, salvo el PSOE.
En el debate que Pedro Sánchez celebró con Albert Rivera y Pablo Iglesias, el cabeza de lista del PSOE trató de situar dos ideas para activar precisamente el voto de las mujeres: La Ley de Dependencia (una ley mal financiada desde el comienzo y recortada durante la legislatura) y el derecho de las mujeres a elegir su maternidad (con menciones a la Ley Aido)
Un vistazo a los datos del barómetro del CIS confirma por qué Sánchez se refirió precisamente a estos asuntos: Su partido sigue siendo el que más apoyo recibe de las mujeres en voto directo (15.9% frente al 15.8% que recibe al PP o el 10% que registra C’s) y, sobre todo, en simpatía (20.4% frente al 16.6% que registra el PP o el 10.7% de C’s):
Desde su fundación, Podemos ha cometido dos errores estratégicos que son más importantes de lo que parecen: Un menosprecio al llamado factor nacional (algo que sólo se corrige en Galicia por el acuerdo de confluencia con las mareas ciudadanas o en Cataluña con la candidatura unitaria con ICV y los vínculos catalanista del 15-M) y la ignorancia de las mujeres como sujetos activos para el cambio.
Eso explica por qué, a pesar de ser percibido a la izquierda, y en teoría ser más receptivos a combatir la igualdad de género, Podemos registra un apoyo tan bajo entre las mujeres: sólo el 5.7% manifiesta que tiene decidido su voto hacia la formación y sólo el 5.8% dice sentir simpatía por lo que representa.
Otro de los rasgos que comparten C’s y Podemos es la diferencia entre el apoyo que registran entre los hombres y su comparativa con las mujeres: En términos de simpatía, C’s y Podemos registran diferencias de 2.4 y 2.1 puntos respectivamente en relación a la cercanía de los hombres respecto a las mujeres. Los ‘populares’ registran valores similares entre ambos génros mientras que, en el caso del PSOE, la diferencia es justo la contraria: En simpatía, los socialistas obtienen más de 3 puntos de distancia en relación a la simpatía que despierta entre los hombres.
CODA. Tras la publicación del barómetro del CIS, Sandra León e Ignacio Jurado publicaron un análisis de los resultados a partir de gráficos que se centraron en la ideología de los votantes y de los partidos, en la brecha generacional de la que nosotros hablamos en este post, de lo que hará el 40% de votante indeciso que registraba el estudio y sobre la opinión ante la forma de gobierno. Lo recomendamos encarecidamente.